¿Por qué molestan estas publicaciones?

El Patoruzú de la Itaipú patea el córner, luego corre hasta el área chica y cabecea... y mete el gol.

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El Patoruzú original fue creado por Dante Quinterno en 1928 y es uno de los personajes más importantes e influyentes de la historieta argentina. El Patoruzú paraguayo aún está vivo y usa al Estado paraguayo para realizar sus andanzas. También se lo ve con frecuencia en las binacionales. Habíamos dicho que estas publicaciones tienen la virtud de sumar personas de bien a la causa; pues eso está ocurriendo. Algunos son anónimos que colaboran en silencio, otros brindan alguna llamada de estímulo, muy contados nos mandan algún aviso oportuno, y muy pocos, entrañablemente pocos, aportan pruebas contundentes, páginas de emoción y suspenso. Sin estas informaciones nada podríamos decir y nada tendría sentido.

Existen denunciantes que fueron valientes y frontales; hasta soportaron sendos juicios por “difamación y calumnia”. Los agraviados de entonces rasgaron sus vestiduras, se ensañaron con sus pretensiones de resarcimientos y “regulación de honorarios”; hoy están en Tacumbú.

Existe otro grupo que tiene mis respetos, se trata de los auditores internos de Itaipú. La posición de algunos de ellos sirvió incluso como apoyo a la investigación fiscal del famoso “robo del siglo”. Lastimosamente el tirano espacio impide desplegar todas las páginas donde se advierte a la Cajubi sus movimientos “inapropiados”. Tengo en mi poder el expediente de la causa: “Víctor Daniel Bogado Núñez y otros sobre lesión de confianza. Expte. N° 53/2012”.

Uno de los informes de Auditoría, el N° PY/BR-006/2015, advierte a la Cajubi sobre la inasistencia reiterada de los miembros del Consejo de Administración. Existe un miembro que tiene el 54% de ausencia, aunque este por lo menos es suplente. Otro, titular, tiene el 35% de ausencia, pero, ojo ¡todos cobran sus dietas puntualmente y sin descuentos!

En el Acta de Reunión Ordinaria N° 12/2014, de la Gerencia Ejecutiva de la Cajubi, se trató un “préstamo emprendedor” de G. 1.600 millones, el cual fue aceptado. Sin embargo, el mismo informe de auditoría interna de la IB, mencionado anteriormente, también advierte sobre la anormalidad de dicha concesión, porque el afiliado ya tenía otro préstamo anterior de 723 millones, totalizando casi 2.300 millones.

La recomendación de la Auditoria Interna de la IB es “Suspender el otorgamiento de los préstamos emprendedores”, similares al comentado, porque “afectan la garantía de los recursos utilizados y pueden generar inconvenientes por la inmovilización de montos que podrían ser destinados a inversiones con mejores posibilidades de retorno e ingresos de mayor liquidez”. Recordemos que la Cajubi ha previsto en su balance de 2015 en el rubro de “incobrables” más de G. 4.000 millones.

La respuesta de la Cajubi al comentario adverso de Auditoría es: “La ingeniería financiera diseñada en este caso, al plazo de 20 años, es al solo efecto de ajustar las cuotas del préstamo a la capacidad de pago del afiliado... ”. En pocas palabras, la auditoría de la propia IB nos advierte que la garantía de pago de alguien que, en breve estará jubilado, es muy arriesgada; mientras, la Cajubi insiste en que es “legal”. ¿Qué pensaría Ud., afiliado de la Cajubi, si se entera de que ese prestatario es uno de los más altos administradores de su institución previsional?

Por otra parte, no nos olvidemos que el desfasaje actuarial es de US$ 925 millones de (según el balance de Itaipú del 2014) o de US$ 532 millones (según el “re-cálculo” asentado en la Memoria 2015, Cajubi). O sea, una institución, al igual que IPS, de futuro incierto, se da el lujo de prestar un crédito emprendedor a ¡20 años!, a sola firma. ¿Cuántos parientes o amigos no habrán recibido el mismo trato? La impresión que tenemos los simples mortales de Itaipú es que los funcionarios privilegiados, por el nivel de informaciones que manejan, presienten el hundimiento del Titanic y mandan el cofre del tesoro a una isla segura del Atlántico... o del Pacífico.

¿Recuerda el lector aquella famosa frase propagandística del Banco Alemán de la década de los 90? ¡La pasión por su dinero! ¿A cuántos mató de quebranto aquella pasión? Ojalá que la Cajubi no mate a sus afiliados con la misma pasión... ¡justo ahora que algunos antiguos pretendemos jubilarnos! Muchos trabajadores, especialmente los que desembarcamos en épocas difíciles, los que construyeron la represa o los que montamos los generadores y las subestaciones; o los que, silenciosamente, cuidaron el medio ambiente terrestre o acuático, no estamos tranquilos.

Es que por muchas décadas aportamos para formar nuestros fondos; por muchas décadas apostamos por un futuro tranquilo. Pero cuando nos enteramos estas concesiones millonarias que suman cerca de G. 2.300 millones, a un solo prestatario maduro, nuestro espíritu envejece 20 años, el mismo plazo de pago. ¡Menos mal tenemos la conciencia de que esta vida es efímera y frágil; “una hierba que hoy florece y mañana muere”. Pero imagine aquel cuya salud ya está quebrantada, cuya mente está cansada y su tranquilidad de abuelo ya está muy desgastada.

Por último, jubilados amigos me han visitado para darme una palmada en la espalda y manifestar su apoyo. Aclaro que ninguno de ellos es representante de los activos ni de los jubilados en el Consejo de la Cajubi. Por lo que me han dicho estos últimos están molestos por mi serie. Gracias a estas visitas amigas me he enterado de que existen más de 200 jubilados que están recibiendo una “jubilación provisoria”, bien menor a lo merecido. Algunos ya llegaron a los 26 meses desde su salida. En la cuna de la tecnología paraguaya. ¡Hasta en IPS son más rápidos y precisos, con cientos de miles de jubilados!

Comentaron también que existe un monto considerable que hoy está en el “limbo”. Se trata de los aportes de aproximadamente 120 empleados de Itaipú que salieron durante la administración Mateo Balmelli y que volvieron a ingresar. La IB previsionó sobre esos salarios caídos en su re-ingreso, pero la Cajubi no devolvió. ¿A cuánto llega la sumatoria de esas diferencias? ¿En qué cuenta está ese dinero? Ya hablaremos de eso en las próximas entregas.

“¿Quién morará en tu monte santo? Oh Dios.

El que anda en integridad y hace justicia. Y habla verdad en su corazón ... Quién su dinero no dio enusura; ni contra el inocente admitió cohecho” Salmo 15: 1-5.

En este gráfico de la Memoria oficial de la Cajubi se puede apreciar la diferencia entre los aportes y los beneficios, al 2015. Es apenas una evidencia más de lo que venimos diciendo sobre el déficit actuarial.

(*) Exsuperintendente de Energías Renovables de Itaipú.

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