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En el mismo sentido, estudios recientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mostraron que en las megaciudades de América Latina, aproximadamente 28 millones de personas pierden una hora y media viajando desde un punto hasta el destino final.
El organismo internacional estima que esta pérdida de productividad; es decir, sin el aporte al circuito económico, representa al 2,5% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región, equivalente a unos US$ 132.350 millones al año.
Desde 1985 y hasta la actualidad se vienen realizando las Encuestas de Uso de Tiempo (EUT) en América Latina y el Caribe, existiendo 18 países que han implementado este sistema de mediciones.
Hasta hace un par de años, Paraguay era uno de los países que no contaban con la estadística oficial sobre el uso de tiempo; sin embargo, desde ese período a esta parte se vio la necesidad de que se tenga información en el país para el diseño de políticas públicas acordes a la realidad y a las necesidades de la población.
Dentro de la Clasificación de Actividades de Uso del Tiempo para América Latina y el Caribe (CAUTAL), uno de los parámetros considerados es el ítem de traslados de ida y vuelta al trabajo, que son actividades relacionadas con la ocupación remunerada, el trabajo para la formación no pagada y la búsqueda de trabajo e inicio de un negocio, cuyo propósito es el desplazamiento de la persona que trabaja hasta y desde el centro de empleo o el lugar o lugares donde habrá de realizarse las tareas o cumplirse las obligaciones o compromisos asumidos.
En esta categoría también se considera el tiempo de espera del medio de transporte que llevará a la persona al domicilio o a la actividad laboral desempeñada.
Cualquier traslado de ida y vuelta a otro destino distinto del empleo (para realizar pagos, ir a la escuela de los hijos o a comprar los ingredientes para la comida y regresar a la vivienda, entre otros puntos) no se contabiliza bajo esta definición, pues estará incluido en cada actividad específica.
El tiempo que conlleva el desplazamiento de los trabajadores, dependientes o independientes, representan un costo financiero y económico para estas personas. Estos costos son inclusive mayores si se realizan en condiciones de incomodidad y pueden tener repercusiones en la actividad económica si se sufren contratiempos en el traslado que impiden realizar las actividades económicas remuneradas de los trabajadores, es decir, puede representar una pérdida de productividad.
En esta edición se analizarán los mencionados escenarios, además, se presentarán las alternativas que podrían ayudar a revertir la situación, apostando por un crecimiento urbano inteligente.