Un proyecto innecesario a corto plazo

En los momentos actuales, la mayor parte de las empresas, a nivel mundial, reconocen la importancia de la planificación para su desarrollo en el largo plazo. Por eso, la elaboración de los planes estratégicos es considerada una actividad de alto nivel, especialmente diseñada por estrategas y estudiosos de las políticas de Estado y de las empresas. Ella posee vertientes en la defensa, seguridad interna, diplomacia y desarrollo. No está al alcance de improvisados. Es una actividad típica para altas escuelas o institutos, o sencillamente de patriotas con profundo espíritu nacionalista. Aunque debemos reconocer que no siempre los cargos se compadecen con los conocimientos académicos, experiencia, así como de los principios y valores.

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Teóricamente, una alta dirección cuenta con la visión, la información y el conocimiento necesario para proponer soluciones globales, pero nuestro sector energético no se ha caracterizado por ello. Este proceder facilitó la improvisación en lugar del análisis y la intromisión de ambiciones personales en lugar de anhelos del bien común. En la planificación estratégica es necesario identificar los problemas y encontrar las soluciones para confrontarlas. Una cosa son los anhelos y buenos propósitos, otras las soluciones.

Con el proyecto Ypané tal vez tendríamos un buen propósito, pero que ayuda poco al problema del desarrollo nacional. Solo estaríamos agravando nuestro problema de los excedentes en las binacionales. Hoy nuestra preocupación tendría que ser el uso de nuestra energía y no el abuso de nuestros excedentes. Generar energía eléctrica en PCH (Pequeñas Centrales Hidroeléctricas) equivale a aumentar nuestra “cesión” de excedentes que cruza el río Paraná a precio de mandioca. Debemos recordar que los únicos excedentes en Itaipú y Yacyretá son paraguayos. Teniendo en cuenta estas prioridades, a continuación proponemos tres aspectos a considerar en una planificación seria.

A corto plazo

1) Considerando la situación en Yacyretá, en la que nuestro socio condómino ha hecho “uso y abuso” de nuestro excedente, es necesaria y urgente la ampliación de la subestación de Ayolas, previendo ya la maquinización del brazo Aña Cua, la construcción de Corpus e Itatí, cuyas mitades correspondientes deberá ingresar en el Sistema Interconectado Nacional (SIN), del Paraguay. Solamente la construcción de líneas de alta tensión posibilitará la interligación y el control geopolítico de nuestra energía; reiteramos que estas obras deben ser realizadas antes de la firma del nuevo Tratado de Yacyretá.

2) Adecuación de las infraestructuras del SIN; especialmente las líneas de media y baja tensión, subestaciones, a lo largo y ancho del país.

A mediano plazo

Construcción de líneas de alta tensión conforme a las necesidades del SINPY, considerando la participación del 100% de empresas nacionales para ese emprendimiento (línea 500 kV Ayolas-Villa Hayes, a corto plazo es innecesario). Así también, definir qué hacer de nuestros excedentes hidroenergético, o vender a precio de mercado o usar en industrias que generen suficientes empleos. Obtener el máximo beneficio por cada MW.

A largo plazo

En un análisis ligero, se puede mencionar el potencial Hidráulico de nuestros recursos hídricos de la siguiente manera:

1) Ypané, la nueva “niña bonita” de los 3NI = 40 MW.

2) Apa = 20 MW.

3) Aquidabán = 50 MW.

4) Tembey = 120 MW.

5) Ñacunday = 90 MW.

6) Yguazú = 200 MW.

7) Paraná (Aña Cua, Itatí-Itá Corá, Corpus) = 2.600 MW aproximadamente.

8) Pirapó = 40 MW.

9) Paraguay = 100 MW.

Estos recursos naturales deben ser activados eficientemente, pero solo después de haber usado hasta el último watt de nuestra energía en las binacionales; a no ser, claro, que ese equivalente en las binacionales lo vendamos a precio de mercado. Sin embargo, los estudios revelan que la plusvalía de una energía limpia y segura es hasta 100 veces más en un desarrollo nacional.

Los cursos hídricos mencionados, cuyos potenciales hidroeléctricos bien planificados, con recursos humanos cualificados y con alta dosis de patriotismo, nos permitirían construir un país mejor, con mayor dignidad para nuestro pueblo y un respeto regional.

En la Itaipú se genera energía eléctrica considerada garantizada a 43,8 US$/MWh y, por encima de la garantizada, a 5,69 US$/MWh aproximadamente (debe ser el mejor precio del mundo), beneficio que no podemos aprovechar en su magnitud, por falta de mercado interno y la miopía de los 3NI.

Para refrescar la memoria del lector es digno mencionar que tres décadas atrás nuestro país recibía por primera vez, a través de la Subestación Margen Derecha (SEMD), energía de Itaipú, pero, tristemente, solo estaban montadas cuatro transformadores de 375 Mva cada uno, de estos debemos descontar la potencia absorbida a través de dos líneas de 66 kV por los servicios auxiliares de la propia usina y otra por la empresa COPEL, del Brasil.

La capacidad de entrega al Paraguay quedaba reducida a solo 1.400 MW. Transcurrieron varias décadas para que nuestro país pueda retirar toda la energía que, genuinamente, nos correspondía. Catorce años de atraso, dijo el expresidente Lugo. Nunca debemos olvidar que a nuestro país le corresponde 7.000 de los 14.000 MW de la potencia instalada.

No obstante, treinta años después de la primera generación en Itaipú continuamos casi en las mismas condiciones de precariedad en la infraestructura energética, sin la posibilidad de un despegue básico industrial. Un auténtico ejemplo de improvisación y falta de planificación estratégica nacional.

En el 2008 aparece en la escena política, económica y social un “insignificante” pa’i (Lugo), pero que fue capaz de concretar en un acuerdo bilateral con su colega Lula, de Brasil (2009). En 40 años de historia binacional no hemos logrado una mejor posición diplomática y económica con el Brasil ¿Qué pasó de ese acuerdo y dónde estaban los “técnicos” 3NI?

Duele decirlo, nuestro país, en situación de subdesarrollo, puede retirar cerca del 33% de los 8.000 MW ¡En horas pico! de nuestra riqueza hidroenergética). Optemos por la industrialización, generadoras de empleos dignos y, consecuentemente con efectos económicos multiplicadores. Pregunto a los “técnicos” 3NI y burócratas del Estado y del sector privado: ¿Qué hacemos de los excedentes? ¿Seguimos regalando antes, durante y después de las PCH?

Mi posición final: construyamos las PCH, pero con tiempo prudencial, con capital nacional, con recursos humanos nacionales y con dignidad. No dejemos que instituciones de alta estrategia y geopolítica foránea decida por nosotros. Somos un país con historia, no temamos a la igualdad y la equidad. Con nuestros excedentes hidroenergéticos el proyecto Ypané sería gasto y no inversión, negociado, en vez de negocio. Es sencillamente un proyecto absurdo e innecesario a corto plazo.

Cesión

Generar energía eléctrica en PCH equivale a aumentar nuestra “cesión” de excedentes que cruza el río Paraná a precio de mandioca.

PCH

Mi posición final: construyamos las PCH, pero con tiempo prudencial, con capital nacional, con recursos humanos nacionales y con dignidad.

(*) Lic. en Administración de Empresas- (UCA); funcionario técnico de Itaipú Binacional. Juliocesar_be@hotmail.com; jbenitez@itaipu.gov.py

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