Una larga historia de irregularidades y transgresiones

Se inició en agosto/setiembre de 1994 con el llenado parcial, hasta la cota 76,00 m. y el funcionamiento y operación a esta cota reducida (cota de diseño es 83,00 m.).

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La cota debió elevarse sucesivamente a 78,00 m. y 83,00 m. a medida que se iban solucionando, en forma completa, todas las afectaciones correspondientes a esas cotas (expropiaciones, relocalizaciones, reposición funcional de caminos, puentes, y otras obras de infraestructura, etc.).

El embalse se operó en esa cota 76,00 m. durante aproximadamente 11 años, hasta el 2005, a partir del cual lo elevaron en forma irregular, es decir, sin que completen las soluciones a todas las afectaciones (hasta hoy no se inició, por ejemplo, la reposición funcional del ferrocarril paraguayo, del estadio de la Liga Encarnacena, de la avenida de circunvalación, hay expropiaciones no pagadas y otras afectaciones).

La Argentina aplicó la política de los hechos consumados, “hacer correr a la gente con el agua”, obviamente con la complacencia de nuestras autoridades.

En los años siguientes, la EBY continuó elevando el embalse hasta llegar a la cota 80,50 m. a finales del año 2009 (durante las administraciones de Ángel Recalde, Paul Sarubbi, Carlos Cardozo). Cuando asumió la Dra. Elba Recalde, quien a duras penas logró el acuerdo del director argentino Óscar Thomas para bajar solo 50 cm. (hasta la cota 80,00 m.) en un mes (que podía hacerse en tres días sin causar daños aguas abajo de la presa). Esta directora se plantó, en una actitud que no tuvo ningún otro director anterior, y consiguió hacerlo a pesar de la reticencia de los argentinos, hasta solucionar las afectaciones de esa cota. El embalse alcanzó su nivel de diseño en febrero de 2011 y la sobreelevación del embalse comenzó a fin de ese año. Desde ese inicio, la prensa y profesionales del sector, en numerosas oportunidades, llamaron la atención y alertaron sobre los daños y consecuencias negativas que tendría esa sobreelevación, sin tener respuestas de la EBY; todo lo contrario, esa irregularidad iba en aumento con el transcurrir del tiempo, hasta se llegó a “manipular” la información sobre el nivel del embalse en el sitio web de la EBY a inicios del 2013 para engañar y confundir a la opinión pública. Esta política de “transparencia al estilo EBY” perdura hasta la fecha.

Tan acostumbrados estábamos a la sobreelevación del embalse que después de los eventos de los días lunes 24 y martes 25 de abril pasados, causó mucha extrañeza que desde el viernes 28 de abril el nivel del embalse comenzara a descender, de forma tal que el domingo 30 se tenía la cota 82,80 m. en el EEP (Eje Encarnación/Posadas) y 82,50 m. en la Cabecera del embalse/CHY, valores que están totalmente de acuerdo (e inclusive menores) al Tratado, a la normativa EBY y a los criterios de diseño del proyecto (en dos días bajaron el nivel del embalse más de un metro. Nótese la rapidez del descenso si lo comparamos con el anterior).

A partir de ahí el nivel bajó un poco más en el EEP y se mantuvo en torno de la cota 82,60, hasta que desde el día 07.06.17 el agua comenzó a subir de nuevo hasta jueves último, alcanzando la cota 83,10 m. Es decir que se estuvo operando el embalse de Yacyretá durante un mes y medio dentro de los límites establecidos. 

Para los analistas, e interesados que siguen los acontecimientos, sorprendió que la EBY haya minimizado los daños y consecuencias del evento del 24/25 de abril pasado, especialmente porque los niveles se mantuvieron por debajo de lo establecido en el Tratado y la normativa EBY.

Los motivos que llevaron a la EBY a bajar el nivel del embalse podrían ser varios, entre otros, la proximidad de la firma del Acta de Entendimiento; presión de la prensa y la opinión pública ya que el evento se viralizó en videos y fotos en redes sociales causando conmoción y temor en la población que podría ser afectada aguas abajo de la presa; necesidad de verificar y evaluar mejor los daños o la ocurrencia de daños mayores a lo informado por la EBY, lo que lleva a bajar el nivel del embalse para realizar las reparaciones; para no pagar un adicional en la Compensación por Territorio Inundado a nuestro país, porque el resarcimiento ya se justifica por los daños que causó en los seis años de sobreelevación.

Cualquiera sea el motivo, debemos estar alertas y seguir bregando para que el nivel del embalse se mantenga de acuerdo con el Tratado, la normativa EBY y dentro de los parámetros de diseño de las estructuras.

* Exasesor del Consejo, exjefe de obras complementarias de la EBY.

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