La mujer de varios expedientes

Las mujeres han ocupado cada vez más espacios en el mercado de trabajo, y en el sector automotriz no ha sido distinto. Con esta revolución, se deben revisar las estructuras familiares.

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Una revolución silenciosa y de gran impacto está en curso en el mundo del trabajo. Pero lo que importa analizar es que sus efectos ya son apreciados en otras áreas de la relación humana.

Me estoy refiriendo a la creciente figura y consecuente conquista de poder de las figuras femeninas en el universo profesional. La presencia femenina en el mundo del trabajo es de 2.800 millones, lo que representa en la actualidad el 35 % de la mano de obra empleada mundialmente.

Estos cambios ya se pueden observar en distintos segmentos de la actividad empresarial. Sea en la industria, servicio u comercio. Pueden ser herederas, asumiendo negocios de las familias, así como creciente, tanto en posiciones ejecutivas de mediana gerencia, como en puestos ocupados antes, exclusivamente, por figuras masculinas. Sin contar aquellas que ya transformaron talleres, constructoras y hasta plataformas de petróleo, en locales más simpáticos y delicados.

Curiosamente, todos los análisis sobre el impacto de esta presencia en universos antes dominados por los hombres han sido hechos en una perspectiva muy simplista, el riesgo de que las mujeres corren en tener que acumular – o descuidar – sus demás papeles.

Hablamos aquí sobre las demandas –que permanecen– como madre, cónyuge, compañera, amante, entre otras. Pero lo que hasta ahora no vi debidamente analizada es la necesidad de que la pareja deba revisar sus papeles y responsabilidades como compañeros.

El hombre ya no es el único “proveedor” de la economía doméstica. Esta revolución silenciosa de las mujeres es tan impactante como el control de la natalidad, la libertad sexual, la píldora, la consciencia de la fuerza y poder femenino, la quiebra de confianza en algunas instituciones, el fortalecimiento del individualismo y la creciente conquista de poder por parte de las mujeres.

Por lo tanto, hay que tener cuidado en no sobrepasar la hora en que se hace imperioso rediscutir el modelo de estructura familiar y las correspondientes responsabilidades de cada uno en esta dinámica. Posiblemente, todo este diálogo permita que surjan nuevos modelos de carrera y éxito profesional. Sin contar la importancia de que pueda tener en las formas de educar en la próxima generación.

Vale considerar también que cada vez más los padres –como conjunto – deben asumir su papel de educar hijos para la vida, y no para sí mismo. Para ello, necesitan estar bien y con una vida plena, lo que requiere mucho diálogo.

(*) Fundador y presidente del Consejo de Höft Consultoría Societaria. Articulista de varias publicaciones y autor de 16 libros en las áreas de Empresa Familiar, Administración y Calidad de Vida.

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