SOLANO: “Se construye sobre mentiras”

Se construye velozmente con un discurso basado en mentiras, con el solo objetivo de obtener más dinero. La ola de edificaciones crea exclusión y exclusividad en servicios, observa el arquitecto Solano Benítez, quien aborda el otro lado de las inversiones inmobiliarias de envergadura en Asunción.

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Durante los últimos años, la capital del Paraguay viene experimentando la inyección de dinero foráneo; volcado, en parte, a la construcción masiva de edificios en altura, llamativos por sus estructuras y cantidad de niveles, y concentrados en cotizadas avenidas. ¿Cuán ventajosos son para la sociedad? El ganador del BSI Swiss Architectural Award 2008, Solano Benítez, analiza válidamente el tema, cuestionando especialmente el impacto que generan estas propuestas edilicias, y qué significarían a la larga si continúan priorizándose los ingresos por encima del bienestar y el equilibrio social y medioambiental.

¿Cuán beneficioso resulta para los habitantes de una ciudad que esta crezca hacia arriba?

Necesitamos edificar diferente, y en ese punto hay que considerar que las ciudades son el correlato de nuestras ideas. Si vivimos en una sociedad excluyente y exclusiva, edificaremos de esa manera; que es lo que está sucediendo.

¿Excluyente?

Estamos viviendo una forma de construir densidad muy desacertada, haciendo torres que en su aislamiento lo único que producen es la liberación de zonas que están en sus alrededores.

¿Qué problemas se arrastra con ello?

El principal es la bajísima densidad que tenemos, y las personas gastan cada vez más tiempo y combustible para trasladarse a sus destinos. Eso pasa porque el promedio actual es de 60 habitantes por hectárea en toda Asunción.

¿Se podría modificar el escenario?

Para cambiar esos números y acercar a más gente debemos revertir muchas cosas. Podemos alcanzar densidades 10 veces mayores, es decir, contar con 600 habitantes por hectárea, si construimos y distribuimos alternativas habitacionales accesibles que no superen los seis pisos. Esto contribuirá a nuestra condición de densidad, antes que optar por torres gigantescas.

¿Los productos residenciales premium en altura promueven el aislamiento?

Los edificios en sí aportan muy poco, pese a encontrarse en altura. Construir está bien, pero lo ideal sería que se apueste a algo masivo y no selectivo. Cuando la gente no está junta, se produce la dispersión por un lado y el aislamiento por el otro.

Los desarrolladores hablan de que estas torres están respondiendo a una gran demanda.

Si tengo un barrio residencial, otro exclusivamente laboral y otro de entretenimiento, buscaré un auto para llegar al otro barrio. Con baja densidad, no podremos sostener todo eso y sería un disparate hacerlo.

¿Qué se está dejando de lado?

El construir de verdad; el esforzarse por ofrecer viviendas, trabajo, entretenimiento y espacios públicos de calidad. todo eso está pendiente. Cuando tenemos tan solo 60 habitantes por hectárea, la vereda es utilizada por una partecita de esta cifra; sin embargo, si es el todo y más, la vereda pasa a ser algo más que necesaria.

¿Es un mal a largo plazo?

Si enviamos a las industrias a las periferias, a contaminar libremente, lo harán. Si las traemos más al casco urbano, cuidarán el tratamiento de sus residuos, evitarán contaminar y, a la par, quienes trabajen para ellas vivirán cerca, lo que representa ahorro. Esa ciudad múltiple e ideal se opone a los ejes.

¿A cuáles, puntualmente?

Aquellos que promueven las centralidades, como el eje corporativo asentado en Aviadores del Chaco y demás avenidas de la capital. Este modelo de exclusión, que nuclea a un determinado sector y aparta al resto, es el que intenta instalarse en el centro de Asunción y otros sitios. El pensamiento (de quienes impulsan estos proyectos) no arranca de que la ciudad es de todos y para todos.

¿Qué acciones se deben encarar para solucionar parte de la situación?

Lo que tenemos que tratar de hacer es convertir nuestra ciudad en múltiple y diversa. Debemos tomar ciertos casos que representan altos costos para transformarlos en inversión.

¿Hay modelos a seguir?

Un ejemplo: en Brasil se lanzó una legislación para que las ofertas residenciales sean para todos los segmentos, asegurando así la compra de pisos de menor precio para la gente que trabaja en el entorno.

¿Y la participación ciudadana?

En parte, el problema no es la ciudad, sino las personas que proyectan cosas sin importarles la sociedad y priorizan un dinero que para el resto representa más gastos.

Los empresarios hablan de éxito en el rubro de la construcción.

Lo que estamos viendo es el relato físico de una mediocridad aplastante, porque el capital invertido no busca mejorar las relaciones con la sociedad y el triunfo se está midiendo en números, lo que significa una agresión para quienes no comparten esos resultados.

¿Se están privatizando los beneficios?

Un trabajador del interior del país está tributando al igual que el industrial de la capital y ese impuesto es para mejorar la infraestructura, rutas, salud, educación y más. ¿Por qué centralizar toda esa plata? De seguir así, expulsaremos a más gente y construiremos exclusividad, privilegiando servicios para unos pocos cuando la recaudación proviene de todos.

¿Qué servicios, por ejemplo?

Con estas inversiones inmobiliarias, el Estado está haciendo los desagües cloacales de las avenidas llamadas premium y para los que más tienen. ¿Por qué esa empresa no guardó un porcentaje de su dinero para el tratamiento de sus residuos e, inclusive, devolver agua limpia a la napa freática?

¿A qué se quiere llegar procediendo de esta manera?

El presidente de la República tendrá su Hilton (marca hotelera internacional) sobre estas avenidas, que reciben el dinero público. Esa plata, que finalmente se destina a infraestructura, es para quienes más tienen. ¿y el resto?

Las expectativas de ventas y alquileres de departamentos y oficinas no son las anunciadas.

Lo que pasa es que antes de meter dinero en los bancos, que no son confiables, la gente ve cómo volverlo en activos físicos; por temor terminan comprando un piso, suponiendo que tiene un título con alto valor. Sin embargo, cuando tenemos una gran proporción de unidades premium, ni si estuviesen hechas con oro valdrán mientras la sociedad se esté destruyendo.

¿Se puede hablar de culpables?

Los commodities están bajando y la gente está reclamando lo prometido (la renta). El capital que viene a invertir es buitre, depredador y lo hace de la manera más conveniente para llevarse el dinero. Es un capital que no construye sociedades y se autocelebra para generar más riqueza.

Sus proyectistas hablan de estructuras ambientalmente sustentables.

Como el dinero es lo importante y urgente, se busca construir a una velocidad cada vez mayor, con materiales que apoyen el ritmo y la lógica, listos para montar, como el vidrio.

Si es así, ¿por qué apuestan a este material importado?

Es fabuloso poner vidrios para ver horizontes, pero instalemos ese vidrio a 48 °C de calor, con el sol impresionante del Paraguay. Lo que está logrando es calentar todo el entorno, lo que motiva únicamente a salir en búsqueda de calidad de vida. Adentro pueden funcionar, pero están gastando más en aparatos de aire acondicionado; hecho que deteriora externamente.

¿Acaso los profesionales que proyectaron no tuvieron en cuenta eso?

Nada. Ni temperatura, ni viento ni orientación. Eso de edificio inteligente, aunque tenga certificación, es una mentira; más bien, son edificaciones letradas. Ponen un jardín en la terraza. ¿y el resto del edificio? No es más que publicidad engañosa. Desperdician electricidad para mitigar algo que ellos mismos están ocasionando. Cuando nos obstinamos en utilizar algo, después nos vemos en terribles problemas que son un gran negocio para otros.

¿No hay compromiso?

Lo que necesitamos es entender que el compromiso está en disponer de materialidad que nos resulte altamente eficiente y no dejarnos llevar por aquella que se encuentre de moda. Tenemos que ser capaces de utilizar equilibradamente los recursos sin desperdicios. La solución no está en instalar sombras. como seres humanos, nunca rechazamos ningún material. Lo único que trabajamos y pedimos a estos recursos es una mejor respuesta.

La función del ejecutivo municipal en ese punto.

La ciudad es la herramienta para conseguir la equidad y quien está al frente de la municipalidad no está para hacer negocios, sino para manejar la herramienta de igualdad.

¿Se abusa con el poder?

Nuestra realidad muestra cómo la ley es dura con los pobres, mientras que quien tiene más dinero viene y cambia hasta la ordenanza con plata, haciendo lobby y logrando deteriorar todo el sistema. Esto es señal de un mal gobierno.

¿Cuál es la forma correcta de edificar?

Si en Sudamérica logramos construir a base de tierra, con mejores oportunidades energéticas, daremos un gran paso. Cada elemento tuvo y tiene su lugar, como sucedió primeramente con el barro; luego, la madera, ladrillo, hormigón, vidrio, hierro y otros; siempre y cuando se consideren otros factores. Hay un montón de materiales nuevos en el mundo que están empezando a aparecer con innovadoras posibilidades de uso estructural, lo cual seguirá pasando porque los cambios seguirán dándose. Como país, forjemos en apostar a nuestra ciencia; de lo contrario, seguiremos siendo simples compradores.

Quién es Solano Benítez

Nacido en Asunción, el 4 de marzo de 1963, egresó de la facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) en 1986, y desde entonces obtuvo importantes distinciones profesionales. Entre estas se destacan el Premio Nacional de Arquitectura 1989 a 1999 y el BSI Swiss Architectural Award (2008), en Suiza, cuyo jurado lo seleccionó mundialmente como el mejor del ramo por “contribuir de manera decisiva a la cultura arquitectónica y por su sensibilidad hacia el contexto medioambiental”. También, resultó electo Arquitecto del Bicentenario por la Asociación Paraguaya de Arquitectos, en 2011, y fue finalista en reconocidos certámenes internacionales. En 1987 fundó Gabinete de Arquitectura en sociedad con otros colegas y encabezó varios diseños de obras, como la sede Unilever Paraguay, asentada en Villa Elisa. Enseñó en la universidad de Harvard, en 2014. Padre de tres hijos, es catedrático en la carrera que emprendió en la misma casa de estudios donde se formó.

emilse.rolon@abc.com.py

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