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La escuela debe facilitar la adquisición de una cultura científica y tecnológica que permita al alumno comprender mejor el mundo que le rodea, para tomar decisiones acertadas en la vida cotidiana, y así incidir en la modificación de la realidad social.
La enseñanza de las ciencias basadas en la investigación favorece a niños y jóvenes el desarrollo de sus capacidades de observación, análisis, razonamiento, comunicación y abstracción; permite que piensen y elaboren su pensamiento de manera autónoma.
Para guiar la búsqueda de solución a un problema planteado se siguen los pasos del proceso científico de investigación
Con la enseñanza de las ciencias, experimentalmente se busca fomentar y desarrollar en los alumnos actitudes científicas, como:
- Exploración de hechos y fenómenos.
- Análisis de problemas.
- Curiosidad y honestidad en la recolección de datos.
- Paciencia para esperar los resultados.
- Disposición para trabajar en equipo.
- Capacidad de reflexión sobre el propio proceso de aprendizaje.
- Perseverancia.
- Predisposición para compartir resultados.
- Crítica y apertura mental, entre otras.
Las escuelas y colegios, mediante políticas de mejoramiento de la educación científica, necesitan recibir apoyo y capacitación para ofrecer a niños y jóvenes una educación científica básica para su día a día de tal forma a mejorar su calidad de vida.
Por ejemplo, aprender:
- cómo combatir la anemia.
- por qué eliminar continuamente criaderos de mosquitos en la casa.
- por qué no automedicarse ni usar inadecuadamente los antibióticos.
- criterios claros de alimentación saludable.
- cómo evitar el contagio de enfermedades, otros.
La enseñanza de las ciencias con un enfoque cada vez más científico y humanista, que motive a los alumnos su estudio todavía está a una gran distancia de lo que ocurre diariamente en las aulas. Urge la necesidad de realizar profundas transformaciones en la enseñanza de las ciencias: en sus objetivos, contenidos, métodos, modos de evaluación y recursos tecnológicos empleados.