¡Tierra!

Cuando las esperanzas se habían agotado y llegar a tierra se veía como un sueño incumplido, un grito revivió en Cristóbal Colón el entusiasmo y las ganas de cumplir su objetivo: buscar otros caminos para llegar al Oriente.

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¿Quién fue Cristóbal Colón?

Fue un navegante que desde muy pequeño quería ser marino; le gustaba estudiar la geografía y los mapas. Sus estudios y conocimientos sobre el tema lo llevaron a realizar un viaje hacia el lejano Oriente, pero no por el Mediterráneo, sino navegando hacia el oeste.

¡Qué idea!

Colón creía que la Tierra era redonda y que, por lo tanto, yendo por el océano Atlántico acabaría llegando igualmente a China y Japón.

En busca de ayuda

Colón pidió ayuda económica al rey de Portugal, pero como no le hizo caso, recurrió a los reyes católicos de España y llegó a un acuerdo por el cual, entre otros aspectos, le concedieron por adelantado los títulos de almirante, virrey y gobernador de las tierras que pudiera descubrir durante el viaje.

Preparativos

Para su viaje, Colón contó con dos carabelas —la Pinta y la Niña— y una nao: la Santa María, a bordo de la cual iría él mismo. Las naves zarparon el 3 de agosto de 1492, del puerto de Palos (Huelva), rumbo a las Islas Canarias, donde hicieron una escala para luego continuar su viaje.

¡Tierra!

El 12 de octubre, el marinero Rodrigo de Triana, a bordo de la Pinta, gritó: «¡Tierra!». Habían llegado a la isla de Guanahani, a la que Colón bautizó como San Salvador y que estaba habitada por pacíficos indígenas.

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