Cultivan hierbas medicinales en armonía con el medio ambiente

La colonia Virgen de Fátima, situada en medio de la serranía de Acahay, a 100 kilómetros de Asunción, es la zona de mayor producción de hierbas medicinales, que se venden en el país. Los pobladores sueñan con promocionar el lugar para visitas turística, pero sin dañar el ambiente.

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ACAHAY (Aldo Lezcano, corresponsal). En la colonia Virgen de Fátima, ubicada a 10 kilómetros del centro de esta ciudad, se produce gran parte de los hinojos, eneldos, mentas, burritos, rudas, poleo, kalaguala, doradillas y otras hierbas medicinales con propiedades curativas (legado cultural guaranítica) que se comercializan en forma masiva en los mercados de Asunción, Guairá, Caaguazú, Alto Paraná e incluso en la Argentina y Brasil.

En otra época, los habitantes se dedicaban al cultivo de algodón y unos pocos trabajaban en la venta de doradillas, kalagualas y otras hierbas extraídas de la serranía. Debido a que el rubro resultó lucrativo, con el correr del tiempo la mayoría de los habitantes se sumaron a la actividad, que fue ampliada con el experimento de cultivos de otros remedios.

Al ver “la situación más cómoda (económicamente) de algunos viejos lugareños, quienes sin labrar las zonas pedregosas, llevaban una vida más holgada (con la explotación de los remedios yuyos), empezamos a cultivar las variedades que no existían en el sitio”, dijo Demetrio Candia, conocido productor del lugar. Agregó que hoy prácticamente todos los pobladores (unas 60 familias) se dedican a la producción de hierbas medicinales y complementan con cultivos de rubros de consumo.

Candia manifestó que los pobladores están conscientes de que si plantan otros rubros que precisan de insecticidas pueden dañar la hermosa cuenca hídrica que atraviesa gran parte del poblado. Se supo que son pocos quienes se dedican a la extracción clandestina de madera. “Somos celosos custodios, solo que con anterioridad se ha descuidado demasiado la zona boscosa”, señaló Candia.

Reserva natural

El cerro Acahay está considerado como reserva natural mediante el Decreto 13683 de 1992. Cuenta con 2.500 hectáreas con cavernas, especies de flora y fauna. Posee arroyuelos que atraviesan la espesa vegetación por lo que los lugareños sueñan con ingresos complementarios que pueden obtener del turismo, que aun no está explotado, especialmente por falta de buen camino.

“Necesitamos de mejores caminos para promocionar también la ciudad como una opción turística natural para las familias”, dijo Candia.

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