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Para el festejo, los agentes pastorales y movimientos de la comunidad parroquial ornamentaron el templo con una alfombra de flores naturales y hojas verdes que cautivó la vista de los presentes. El trabajo de ambientar la celebración fue muy valorado por los fieles.
El cura párroco local, César Báez, en su homilía resaltó que la Iglesia católica celebra la presencia real de Cristo en el pan y el vino. “De la eucarística sacamos fuerza y al hacer la procesión del corpus, es profesión de fe, nosotros los católicos vemos la presencia real de Cristo, y así evangelizamos a todos”, expresó.
Asimismo, mencionó que en la fiesta del cuerpo y la sangre del Señor se busca ofrecer a Jesucristo un homenaje personal y auténtico, “algo que signifique una posibilidad de mejorar nuestra vida cristiana, quizá nos sea útil ahora revisar nuestra fidelidad a la eucaristía”, expresó el sacerdote.
Valoró la importante cantidad de fieles que asistieron a la celebración e invitó a seguir en ese mismo camino de la fe católica.