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“Con cada lluvia esto se convierte en una gran pileta de agua sucia”, señaló Eduardo Alarcón, poblador del lugar. Calificó como un contrasentido inaceptable que a pocos metros de uno de los recursos turísticos más importantes de la ciudad, la playa Mbói Ka'ê, a la que llegan miles de turistas durante el verano, exista un sitio en total estado de abandono, con yuyales y agua estancada. Como la zona hay una depresión y no tiene desagüe, con cada lluvia se convierte en un esteral propicio para el resguardo de alimañas; a metros de las viviendas.
“Ahora que se está trabajando en la extracción de tierra, piedras y arena del lecho de la playa, bien se podría aprovechar eso para rellenar la palangana, y evitarnos a los vecinos el tener que sufrir con cada lluvia”, propuso.
Otro inconveniente son los ocupantes irregulares que se instalaron y formaron un pequeño barrio de casas precarias instaladas al borde de un arroyo que circunvala la playa turística. Con cada lluvia se producen inundaciones que afectan a estos pobladores.