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MBUYAPEY, Paraguarí (Aldo Lezcano, corresponsal). Las plantaciones de algodón, maíz, maní, poroto y mandioca, entre otros, no aguantaron el intenso calor y la sequedad del suelo, por lo que se habrían perdido hasta el 90 por ciento de los cultivos. La última lluvia importante se registró en varias compañías de esta zona, en la víspera de la Navidad.
Muchos pastizales y cañaverales están secos, mientras otros fueron quemados.
La intendenta liberal, Ana de Aponte, expresó que los asentamientos de la colonia María Antonia de la zona sur son los más afectados. Añadió que en la zona norte, en los sectores conocidos como Ñuai, Recta, Landrilla y todos los asentamientos campesinos, la situación es preocupante.
"Las pérdidas están selladas en el algodón, que se cultivó más de 200 hectáreas. Las familias productoras, aparte de quedarse con deudas, estarán sin los rubros para el sustento, por lo que la situación es sumamente agobiante", expresó Aponte.
La intendenta también lamentó que las naranjas, mandarinas y pomelos se estén inutilizando. La autoridad teme que nuevamente proliferen los asaltos y los robos de vacunos por necesidad que podrían generarse ante la situación.
Otra situación preocupante para la autoridad es la falta de agua. Innumerables arroyitos, tajamares, manantiales y pozos se secaron y, en varios casos, los pobladores deben caminar varios kilómetros para lavar ropas o higienizarse en los arroyos o en el río Tebicuarymí.
La jefa comunal, Ana de Aponte, dijo que corresponde que la zona sea declarada en emergencia y que las ayudas sean bien dirigidas. Solamente la ayuda canalizada correctamente, acompañada de voluntad por parte de las autoridades, cambiaría la situación.
Enfatizó que sería muy triste que los políticos aprovechen las necesidades para hacer proselitismo, en caso de que la comunidad sea declarada en emergencia.
Aponte también expresó impotencia ante la inconsciencia de mucha gente que sigue quemando campos, que perjudica a la ganadería y contamina el medio ambiente.
Muchos pastizales y cañaverales están secos, mientras otros fueron quemados.
La intendenta liberal, Ana de Aponte, expresó que los asentamientos de la colonia María Antonia de la zona sur son los más afectados. Añadió que en la zona norte, en los sectores conocidos como Ñuai, Recta, Landrilla y todos los asentamientos campesinos, la situación es preocupante.
"Las pérdidas están selladas en el algodón, que se cultivó más de 200 hectáreas. Las familias productoras, aparte de quedarse con deudas, estarán sin los rubros para el sustento, por lo que la situación es sumamente agobiante", expresó Aponte.
La intendenta también lamentó que las naranjas, mandarinas y pomelos se estén inutilizando. La autoridad teme que nuevamente proliferen los asaltos y los robos de vacunos por necesidad que podrían generarse ante la situación.
Otra situación preocupante para la autoridad es la falta de agua. Innumerables arroyitos, tajamares, manantiales y pozos se secaron y, en varios casos, los pobladores deben caminar varios kilómetros para lavar ropas o higienizarse en los arroyos o en el río Tebicuarymí.
La jefa comunal, Ana de Aponte, dijo que corresponde que la zona sea declarada en emergencia y que las ayudas sean bien dirigidas. Solamente la ayuda canalizada correctamente, acompañada de voluntad por parte de las autoridades, cambiaría la situación.
Enfatizó que sería muy triste que los políticos aprovechen las necesidades para hacer proselitismo, en caso de que la comunidad sea declarada en emergencia.
Aponte también expresó impotencia ante la inconsciencia de mucha gente que sigue quemando campos, que perjudica a la ganadería y contamina el medio ambiente.