El boom de los cronuts

Un chef pastelero francés residente en Nueva York creó una fusión entre croissants y donuts y revolucionó la pastelería mundial. Su receta exclusiva y patentada internacionalmente fue un éxito inmediato, y los cronuts ya se venden en casi todas las grandes capitales.

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Luego de su lanzamiento, el 10 de mayo de 2013, el boom de los cronuts (los originales y las copias) se ha extendido desde Nueva York a Berlín, Singapur, Barcelona, Londres, Sydney, Hong Kong, Moscú, y la lista sigue creciendo mes a mes. Gracias a las redes sociales, se convirtió en el postre más comentado de la historia, y su creador, el chef pastelero Dominique Ansel, hoy es un pastelero superestrella.

De París al SoHo

La idea del cronut le surgió cuando comenzó a trabajar como chef pastelero ejecutivo en un restaurante francés en Nueva York, en 2005. En 2011, decidió abrirse camino por su cuenta y creó su propia pastelería en el barrio del SoHo. Después de múltiples pruebas tratando de crear un donut (el bollo más famoso de Estados Unidos) con la masa de croissants (las típicas medialunas francesas) para luego freírlos como los donuts, y terminar añadiéndole abundante azúcar, llegó a encontrar la masa perfecta e, inmediatamente, registró la patente a nivel internacional.

Eligió un día y una hora para hacer el lanzamiento y, desde entonces, más de 100 personas hacen cola cada día frente a su local para conseguir los famosos bollos, que también se hacen rellenos y con distintos glaseados, y se venden a 5 dólares por unidad. ¡Imaginen la bomba energética de una masa cargadísima de manteca que después, además, se fríe, se complementa con rellenos y coberturas muy azucaradas! Nada de eso amilanó a sus clientes, quienes se volvieron fanáticos ‘cronutófilos’, como ya se han bautizado los apasionados por los cronuts o los que siguen el denominado ‘movimiento cronut’.

Según explica el chef Dominique Ansel en su web, la masa del cronut no es exactamente la del croissant, pero es una masa laminada similar, con mucha manteca para que se separe en finas y crujientes capas, con levadura para la fermentación, y que se fríe en aceite de semillas de uva a una temperatura controlada.

Éxito inmediato

Debido a que es un producto perecedero y a la elevada demanda, solo se venden como máximo seis por persona y siempre se acaban antes del mediodía. Hay gente que se ofrece en Facebook para hacer la cola desde bien temprano en su local del SoHo para conseguirlos. Es que el chef prepara solo una variedad por mes, nunca las repite y todos los meses sorprende con nuevos sabores. Algunos de los más creativos fueron: dulce de leche salado, caramelo de manteca de maní y ron, chocolate al champán, frutillas con aceto balsámico y queso mascarpone, durazno amarillo y té negro, chocolate con leche y sal maldón, ganache de tomillo con cítricos, entre otros sabores increíbles.

Más ideas

Cronut es una marca registrada, no obstante, igual que sucede con los donuts, su nombre puede ser utilizado por quienes copien la idea. Así, surgieron muchas imitaciones en las grandes capitales de todo el mundo. Sin embargo, las recetas de Ansel son sumamente complicadas, toman meses para perfeccionarse, y días para hacerlas. Incluso, la versión radicalmente simplificada del Cronut publicada en su libro de recetas, todavía requiere un alto nivel de habilidad.

Otra de las creaciones exitosas de este chef fue bautizada como “Milk & Cookie Shot”. Se trata de unos vasitos elaborados con la clásica masa de las cookies, galletas crujientes con trocitos de chocolate. El interior de estos vasitos está bañado de chocolate, este se añade fundido y se deja enfriar para crear un revestimiento que después permite llenar el vaso con leche y que la galleta no se humedezca. La idea o concepto es que se vayan tomando sorbitos de leche y mordiendo trocitos de galleta. Sin dudas, un revolucionario de la pastelería.

www.dominiqueansel.com

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