/arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/Y4BJVMJPBFF3RF5XOCFGHOYEIA.jpg)
Cargando...
Puede suceder que lo que más resalte en estos términos sean las famosas bodegas boutique de las que tanto se habla aquí en el Paraguay. Lo cierto es que este concepto está implantado en Europa desde hace años, allí todas las bodegas son “boutique” cuando pertenecen a particulares, porque difícilmente un productor tiene más de 30 ha. Si la bodega productora es más grande, ya se trata de bodegas cooperativas, donde varios viticultores entregan sus uvas a una institución y ella elabora el vino bajo una sola marca.
En el Nuevo Mundo las cosas son muy similares en este sentido, solo que en vez de cooperativas se trata de propietarios de grandes extensiones, como en el caso de Concha y Toro, en Chile, Trapiche, en Argentina, Beringer, en los Estados Unidos, o Penfolds, en Australia.
Esto ya es una realidad, tanto en el Viejo Mundo como en el Nuevo Mundo, en ambos se producen vinos de altísima calidad y siempre están buscando algo diferente. Las bodegas boutique suelen producir poco y muchas veces, tienen una cartera de vinos bastante restringida. Las bodegas cooperativas lo que buscan es producir una calidad homogénea todos los años para que el cliente quede satisfecho con sus productos.
La cara visible del vino
Las grandes bodegas particulares del Nuevo Mundo hacen igual que las cooperativas, pero en ellas se nota que siempre dependen de un enólogo de renombre o prestigio que busca ese producto diferenciado en el vino para su consumidor.
Este es el caso del famoso enólogo argentino Daniel Pi, de la bodega Trapiche, quien convenció a los propietarios para invertir en una de sus locuras, un vino con sabor “a costa del mar”, no muy lejos del océano Atlántico (todo lo contrario a lo que Argentina produce hoy en día), y ya está dando sus primeros resultados con puntajes muy interesantes en concursos internacionales, arriba de los 90 puntos, como es el caso del Mar&Pampa Gewürztraminer, un vino blanco de pequeñas producciones, al más puro estilo boutique, pero que está siendo comercializado por el todopoderoso Grupo Peñaflor (el más grande de Argentina).
Casos puntuales
La bodega Zuccardi, bajo el mando de Juan Alberto “Pepe” Zuccardi y el talentoso enólogo de la bodega, Sebastián Zuccardi, también está en la búsqueda de productos no tan comerciales y sí mucho más exclusivos. Para ello han utilizado la tecnología y están elaborando un fino mapeamiento de sus tierras, donde constatan que la calidad de las uvas es siempre superior. Ellos ya sabían de la calidad de sus uvas, ahora estudian el porqué de ello, y una vez que tienen el resultado comienzan a vinificar porciones del suelo por separado, produciendo así de una misma quinta, vinos de sabores diferentes unos de otros y en cantidades muy reducidas. Por ello, encontramos en el mercado fantásticos vinos, como el Zuccardi Aluvional, Finca Los Membrillos Cabernet Sauvignon o el Zuccardi Malbec de Gualtallary (que aún no se comercializa) que son vinos realmente muy interesantes y, sobre todo, buenos.
La experiencia chilena
En Chile, Concha y Toro también hizo lo mismo, se diferenció, pero esta vez buscó un socio de renombre internacional como lo es el Barón Philippe de Rothschild. Juntos seleccionaron los mejores suelos que Concha y Toro poseía en el Valle del Maipo y crearon un vino que se llama Almaviva, otro vino excepcional de pequeñas cantidades, comercializado por un gigante como lo es Concha y Toro. Otro bello ejemplo de ello es el vino Gravas Syrah, de un pequeñísimo terroir de esta viña, producido con mucho cariño por uno de los mejores enólogos de la viña que toma a este vino como si fuera su único hijo.
No importa el tamaño, pequeños o grandes, todos producen ricos vinos y el público busca estas pequeñas perlas raras para degustar y disfrutar.
A todos los queridos lectores, ¡salud! y hasta el próximo sábado.
oligayet@hotmail.com