La cuestión del pie franco y el pie injertado

Muchos me preguntan sobre este punto. Qué significa, de dónde proviene, cómo se diferencian los vinos… Les contaré de qué se trata, y luego los invito a buscar y probar estos vinos para encontrar las diferencias.

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En más de un artículo hemos hablado del Philoxera, es más, creo que le dediqué bastante tiempo a este pequeño ácaro que ataca las viñas, absorbiendo y consumiendo su savia a través de las raíces, hasta que acaba matando a las plantas. Hasta hoy no se ha encontrado una verdadera solución para combatir la presencia del Philoxera. Es más, diría que está presente en casi todos los viñedos del mundo, salvo en Chile, debido a sus propias barreras físicas: al norte, el desierto de Atacama; al este, las imponentes montañas de la cordillera de los Andes; al oeste, el océano Pacífico y al sur, la Antártida. Dicen que nunca su suelo se ha contaminado y es en realidad muy meritorio, ya que esta plaga es casi imperceptible.

El Philoxera apareció oficialmente en el año 1850 y no fue hasta el año 1914 que encontraron una solución para proteger las viñas de este ácaro. Es decir, fueron más de sesenta años en que los viticultores, especialmente los europeos, se vieron desesperados, ya que sus viñas morían indefectiblemente, el viñedo a nivel mundial se veía diezmado y su producción –y posterior comercialización–, se terminaba. Significaba un perjuicio económico terrible, fortunas perdidas, desempleo para muchos, y en esta historia se veían inmersos algunos desafortunados.

Florecimiento de la industria en América

Esta plaga mortal demoró en llegar a los viñedos del nuevo mundo. Mientras se perdían viñedos en Europa, países como Argentina y Chile florecían con la industria vitivinícola. Se exportaban vinos de todo tipo desde Sudamérica hacia Europa, vinos del tipo “de mesa” (a granel) y vinos finos embotellados. Los resultados no se hicieron esperar: los vinos sudamericanos, –superiores en ese momento a los europeos–, comenzaron a ganar prestigio y premios en los concursos de vinos.

En el año 1889, la Viña Santa Carolina, de Chile se llevó la medalla de oro en la Exposición Universal de París, con su vino Santa Carolina Reserva de Familia Cabernet Sauvignon, lo que le dio un enorme impulso a la industria latinoamericana.

Grupos o familias enteras de España, Italia y Francia venían a invertir en estos parajes con el objetivo de recomenzar sus vidas y poder exportar vinos hacia Europa. El negocio era rentable, se construyeron bodegas de enorme tamaño y la industria vitivinícola se veía saludable.

La solución

Llegó el año 1914 y, finalmente, encontraron la solución a la plaga: proceder a un injerto de una raíz de una planta vitivinífera (hay 4800 variedades de uvas vitiviníferas) que fuera resistente al Philoxera –o sea que no fuera del gusto del ácaro–. y colocarlo en las plantas de las uvas que hoy conocemos como el Cabernet Sauvignon, el Merlot, el Pinot Noir, el Chardonnay, el Sauvignon Blanc. La gran mayoría de estas plantas fueron provistas desde Chile para replantarlas en el mundo entero y con ello se volvió a plantar en Europa.

Los resultados fueron óptimos en términos de calidad y eso provocó que tanto Argentina como Chile vieran una gran desaceleración en la producción de vinos. De proveer al mundo todo, comenzaron a producir solo para el consumo interno, muchas familias fueron llevadas a la quiebra y bodegas enteras, abandonadas.

Desde entonces, en el mundo vitivinícola existen dos tipos de plantas vitiviníferas: las de “pie franco” (es decir, raíz y planta del mismo origen) y las de “pie injertado”, que fue la solución encontrada en 1914 para combatir al Philoxera.

Si me preguntan al probar un vino, cuál es mejor personalmente para mí, les diría que no consigo notar la diferencia. Mi formación como Sommelier la hice enteramente en Europa, donde todas las viñas son de “pie injertado”, lo que hace aún más difícil esta prueba, ya que todos en Europa solo conocen este tipo de vinos.

Preciados lectores: los vuelvo a encontrar el próximo sábado y, mientras tanto, busquen vinos de “pie franco” y de “pie injertado” a ver si notan la diferencia.

¡Salud a todos!

oligayet@hotmail.com

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