Los alimentos más difíciles de digerir

Más allá de las intolerancias específicas, hay ciertos alimentos que pueden resultar indigestos y más difíciles de digerir en términos generales, pese a su perfil saludable.

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Hinchazón abdominal, dispepsia, digestiones pesadas y lentas. Dolor abdominal, gases, reflujo, estreñimiento o diarrea. Estos síntomas nos advierten de alguna alteración digestiva. Puede tratarse de una intolerancia alimentaria sin diagnosticar (o sin una adecuada pauta dietética), o puede indicar debilidad funcional de algún órgano digestivo. Y es que en una lenta o mala digestión está implicada la disfunción de alguno (o varios) de los distintos órganos que participan en el proceso: desde la dentadura y el estómago, hasta el páncreas, el hígado, la vesícula o los intestinos.

Sin embargo, hay algunos alimentos de consumo cotidiano que, por lo general, resultan más indigestos que otros.

1 El huevo duro y en tortilla. En ambas preparaciones, la yema (la parte que concentra las grasas, es decir, los componentes más indigestos) está coagulada. Así es más difícil de digerir, ya que requiere más trabajo enzimático y biliar que si no lo está. Una alternativa más liviana es optar por el huevo pasado por agua, poché o incluso frito en aceite de oliva, siempre que se sirva bien escurrido.

2 La manteca cocinada. La manteca, al cocinarse, resulta muy indigesta, algo que ocurre en muchas recetas de uso y consumo demasiado frecuente en muchos hogares. Esta materia grasa no es idónea para cocinar, dado que por encima de 90 ºC, la manteca se quema y se forma acroleína, una sustancia que se asocia a irritación de la mucosa gástrica. Por eso hay que evitarla en preparaciones como la salsa blanca, y productos elaborados con una mezcla de harina, manteca y leche, como croquetas, rellenos o bases de repostería y bollería.

3 Alimentos fritos en aceites recalentados. En estos casos se generan grasas trans y potentes sustancias irritantes de la mucosa gástrica, como la acroleína. Por eso, se deben evitar las frituras en bares y restaurantes en los que, al entrar o al acercarse a la puerta de la cocina, se desprende cierto olor a fritanga, a aceite recalentado o de mala calidad.

4 Pescado en lata al aceite. El atún, las sardinas, anchoas y caballa son alimentos de naturaleza grasa, además de ricos en histamina, y si están conservados en un líquido graso, su digestión es aun más exigente. Conviene tenerlo en cuenta en caso de estómagos delicados, gases o hinchazón abdominal, o entre quienes sufren migrañas o cefaleas.

5 Jugo de naranja en ayunas. La naranja, y de manera especial si se toma en jugo por las mañanas, es de naturaleza colagoga: puede provocar un vaciamiento brusco de la vesícula biliar que se acompaña de molestias más o menos intensas, como náuseas o pesadez abdominal, e incluso dolor. Esta sintomatología manifiesta debilidad o lentitud en el trabajo digestivo del hígado y la vesícula biliar.

6 Productos lácteos. Muchas son las personas que sufren intolerancia a la lactosa (o azúcar de la leche) o no toleran alguna de sus proteínas, como en el caso de histaminosis alimentaria a la leche. El resultado es un cuadro de malestar digestivo (como las náuseas matutinas, gases o hinchazón abdominal) que, en muchos casos, condiciona la calidad de vida.

Combinaciones problemáticas

Lácteos + almidón. Algunos productos lácteos combinados con los que tienen almidón, como los sándwiches de queso o la pizza, tardan mucho en digerirse, ya que el almidón se fermenta en el tracto digestivo, generando hinchazón y muchos gases.

Frutas + proteínas. Las frutas son ideales para cualquier dieta, pues contienen azúcares simples, lo que significa que no estarán mucho tiempo en el estómago, que se van a digerir rápidamente. Sin embargo, cuando se consumen con proteínas, después de almuerzos o cenas proteicas, estos azúcares demorarán más en asimilarse, al igual que las proteínas.

Frutas + almidón. Algo parecido ocurrirá si se combinan frutas con almidón, dado que inflará el estómago, haciéndonos sentir hinchazón e incomodidad. Por ello lo mejor es comer las frutas en la mañana, antes del desayuno, o en todo caso esperar una hora después de las comidas.

Proteínas + proteínas. Lo mismo ocurre cuando se consumen platos que contienen varios tipos de proteínas que necesitan de mucha energía para poder ser asimilados, por lo que al organismo le llevará más tiempo hacer la digestión. Por ejemplo, los porotos y otras legumbres son alimentos que tienden a inflamar el tracto digestivo, generando una gran cantidad de gases. Si bien es muy bueno comerlos, hay que hacerlo a mediodía y acompañados con proteínas magras, como las del pollo.

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