Los secretos de los vinos de altura

¿Qué tienen los vinos “de altura” que los hace tan diferentes? La semana pasada tuve el placer de conocer las bodegas más altas del mundo, las mismas se encuentran en el valle de Tacuil, provincia de Salta, Argentina. Les cuento lo que descubrí.

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En ese valle se distinguen algunas bodegas, como la de Tacuil, la más antigua, Colomé, Humanaya y Altupalka. Debido a las características únicas de esa zona, otras bodegas y enólogos están buscando un lugar para establecerse y así también encontrar uvas en esos parajes que, además de ser bellos, son únicos: dan un tipo de uvas no solo de gran calidad, sino de sabor diferente.

Primero que todo, el hecho de llegar hasta esos parajes es toda una verdadera aventura, que es altamente compensada con la experiencia de disfrutar de lo que la naturaleza nos brinda a más de 2850 msnm. Es a esa altura que se sitúan hoy en día los viñedos más altos del mundo, que producen vinos de grandísima calidad.

Viñedos en el cielo

Aunque no es fácil allí la viticultura, es un ambiente hostil en el cual las viñas parecen no desarrollarse totalmente, pero sí tienen una concentración única que parece ser el trabajo de varias horas/hombres de raleo, pero que, en verdad, es un raleo natural, con el cual la propia planta concentra toda su fuerza de vida en los pocos racimos que produce. Eso da como resultado una muy buena calidad de uva, en gran parte natural.

Otro punto interesante es que, a mayor altura, es menor la cantidad de plagas que se pueden encontrar en esos parajes, por lo que el tratamiento del viñedo se puede hacer muy fácilmente de forma casi orgánica. Aunque esto no se da todos los años, la naturaleza tiene sus misterios, hay que conseguir descubrirlos y sacar provecho de los mismos.

Factores importantes

También a esa altura la amplitud térmica es muy grande, pudiendo encontrar temperaturas cercanas a los 4 °C a la noche y 38 °C al mediodía. Esto hace que la piel de la uva trabaje mucho para hacerla más resistente y hasta tres veces más gruesa que las uvas normales en otras regiones vitivinícolas.

Otro de los factores que produce la altura de casi 3000 m es que expone aún más los racimos al sol, lo que hace que estas uvas tengan una mayor concentración natural de azúcar, que luego se transforma en un nivel mayor de alcohol después de fermentado.

Todo esto de la piel más gruesa da también como resultado que los vinos de altura tienen siempre más antocianos y polifenoles que los vinos de altura normal, dos factores que son altamente recomendables tanto para la salud de la mujer como del hombre. Sus taninos son más maduros y dulces, lo que los hace vinos más fáciles de ser apreciados por mucha gente. Pero, así como pueden gustar mucho, también a algunos les disgustan, por su alta concentración.

Creo que debemos disfrutar y continuar disfrutando de los buenos vinos porque nuestro cuerpo nos pide dos copas al día para poder sentirnos en plena forma. Y si es o no un vino de altura, es ya una decisión que depende de ustedes los consumidores. Les aconsejo probarlos y disfrutar un poco más de este estilo de vinos.

Apreciados lectores, ¡salud! y hasta el próximo sábado.

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