Mendoza en vendimia (6)

El lugar ya es un mito entre los conocedores de vinos, en la parte alta del Valle de Uco, Gualtallary para ser exactos, se encuentran unas 280 ha de viñedos plantados, cercados por una muralla. Es el famoso “Clos de los Siete”, lugar donde se encuentran cuatro bodegas, todas de origen y capital 100 % francés, que hace 20 años atrás fueron seducidas por el famoso enólogo francés Michel Roland para trabajar en lo que él considera uno de los mejores lugares en el mundo para producir vinos de calidad.

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Las bodegas que se encuentran dentro del Clos de los Siete son Bodega Michel Roland, Bodega Diamandes, Bodega Cuvallier des Andes y Bodega Monteviejo que, de las cuatro, es la única que tiene sus vinos importados en el Paraguay, representados por Mr. Vino, que se encuentra en R.I. 6 Boquerón casi Campos Cervera.

Llegamos ya cerca de las cinco de la tarde; el día estaba nublado, inclusive, caían algunas gotas de llovizna y de fondo se escuchaban explosiones sin parar. Se había colocado en alerta el sistema antigranizo y era eso lo que se escuchaba. Para muchos fue la primera vez que tuvieron la oportunidad de experimentar este hecho y muchos, aún creo, que hasta ahora se preguntan cómo será que funciona. Una pequeña explicación les di a los presentes, pero no quedaron convencidos del todo, la física y yo no es que seamos realmente muy amigos.

La visita

Allí, en Monteviejo, nos esperaban para conocer y disfrutar los detalles de la bodega. Pasamos primero por toda la parte de producción, en ese momento estaban recibiendo uvas blancas de la cepa Chardonnay y, pasando por la sala de prensado, pude percibir la calidad de esas uvas y la presión que se les aplica para extraer el mosto… Quedé sorprendido, muy poca presión utilizan, lo que da un mosto de calidad extraordinaria y, sobre todo, un vino únicamente de sangrado, algo que mucho se escucha, pero muy poco se ve, a favor de la calidad del vino. Eso ya es un indicio de que allí se hacen las cosas de forma muy criteriosa y, sobre todo, el vino. 

Seguidamente, visitamos la sala de barricas, donde orgullosamente nos mostraron algunas barricas muy especiales que son elaboradas con madera de roble viejo que data del año 1655 y que fue cortado en el 2009. La verdad es que no puedo decir qué diferencia le aportará al vino una madera de roble tan vieja, pero sí que me sorprende el saber que es esa madera la utilizada.

La degustación

Llegó el momento tan esperado por muchos, ir a la parte superior de la bodega, donde está el restaurante, y sentarnos a degustar los vinos que tenían para ofrecernos el export manager Enrique Basan y la persona encargada de turismo en la bodega. 

Comenzamos degustando un vino que pertenece a la bodega, pero que es elaborado bajo estricta supervisión de Marcelo Pelleriti en la ciudad de Cafayate: es el Petit Fleur Torrontés, un vino diferente de esta cepa, ya que el 10 % del vino pasa ocho meses en barrica de roble y el resto queda en un huevo de concreto sobre lías, lo que lo hace realmente interesante. 

El segundo vino fue un clásico: el Linda Flor Chardonnay, que —a mi criterio— está entre los mejores Chardonnay de la región. Justamente, la uva que vi en la sala de prensa ese día estaba destinada a este vino, y allí saqué todas mis conclusiones del porqué de su calidad. 

Seguidamente, fuimos a degustar el primer tinto, el Petit Fleur Blend, un vino con 12 meses de barrica y elaborado con uvas de Malbec, Cabernet Sauvignon y un toque de Syrah, un vino de cuerpo, fácil de beber. 

La cuarta botella era del Linda Flor Malbec, un vino que hace crianza durante 18 meses en barricas de roble francés nuevo; tiene estructura y potencia, con la delicadeza y suavidad de un Malbec en boca. 

El siguiente vino fue un Linda Flor Blend, 60 % Malbec y 40 % Syrah, con más de 18 meses de crianza, un deleite en boca, ya para esa hora todos disfrutaban más del vino que escuchaban las consignas y explicaciones de los presentadores. 

Todos aguardaban el vino La Violeta, pero, lastimosamente, no había más, se vendió todo, ya que son contadas las botellas, así que nos ofrecieron una rareza, un Monteviejo Linda Flor Malbec 2000, de la primera cosecha de la bodega, un vino con 18 años y con muchos años más de vida, lo que da a relucir el potencial de guarda de estos vinos.

Apreciados lectores, hoy desde las 18:00 ya no se puede beber más vino o alcohol públicamente, y mañana no se olviden de ir a votar que nuestro país necesita de excelentes representantes para ir mejorando. ¡Salud! y hasta el próximo sábado.

Fotos: Fabiola Gayet.

oligayet@hotmail.com

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