Mendoza en vendimia (7)

Llegó el día de ir al templo de la arquitectura maya de Catena Zapata, era la tercera vez que visitaba el local, siendo la última vez hace dos años, durante el concurso Mejor Sommelier del Mundo. Esta oportunidad fue más tranquila, ya que en el grupo estábamos 15 personas y toda la atención fue puesta en nosotros. Como siempre, la recepción fue 10 puntos y no está de más agradecer a Frutos de los Andes, importador en el Paraguay de estos vinos, por haber preparado una visita muy por encima de nuestras expectativas, ya que pudimos probar de todo y, por supuesto, como se dice: “Lo mejor de lo mejor”.

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Comenzamos con una visita a la bodega, en la que nos contaron un poco sobre la historia de la familia Catena y cómo, después de cuatro generaciones, han llegado a producir los vinos que hoy nos presentan. Todo se inició con un inmigrante italiano que llegó a Mendoza y, luego, don Nicolás Catena (3.a generación) quiso producir un Cabernet Sauvignon que compitiera con los mejores vinos de esta misma cepa a nivel mundial. Para ello, él mismo llevaba adelante el proyecto y demostraba a los poderosos del mundo, como Robert Mondavi, Jacques Lurton y Michel Roland, que sus bebidas eran de igual a igual o, inclusive, mejores. Ese es el vino que muchos conocen entre los enófilos del país, que tiene “ponchito”, llamado Catena Zapata Estiba.

Degustación

Allí, bajo suelo, en la sala de barricas, pudimos degustar directamente. Comenzamos con el Adrianna Vineyard Malbec 2014, el cual estaba ya maduro y en su punto. Luego probamos un vino de corte, el Nicolás Catena Zapata 2013, con 78 % de Cabernet Sauvignon y 22 % de Malbec, proveniente de tres viñedos diferentes: el Pirámide, de donde proviene el Cabernet Sauvignon; el Malbec del valle de Uco, específicamente del viñedo Adriana en Gualtallary, y el viñedo Nicasia, en Altamira. Creo que todos quedaron enamorados de este vino, por su aroma y estructura en la boca. Seguidamente, degustamos el Estiba Reservada 2015, un vino que aún estaba joven y quedaría en barrica un tiempo más, pero que demostraba un gran potencial en boca y de guarda. Nos quedamos como 45 min entre las barricas hasta que llegó el momento de subir y participar de la degustación que nos tenían preparada.

La sala de cata

Tras un poco de ejercicio, subimos tres pisos para llegar a la sala de cata, apreciamos una vista única del viñedo, tomamos asiento y comenzamos siguiendo las indicaciones de Laura, nuestra anfitriona. Primero, un vino Chardonnay, el Catena Alta Chardonnay 2015, muy equilibrado y, sobre todo, frutal, que les gustó mucho a todos. 

Pasamos después a probar dos Single Vineyards en la cepa Malbec: primero, el DV Catena Single Vineyard de Nicasia Malbec 2013, un vino que realmente estaba exquisito. El segundo fue el DV Catena Single Vineyard Adrianna Malbec 2013, una bebida con más cuerpo y estructura mineral; diría que necesitaba unos años más antes de ser descorchado.

El tercero fue uno que está muy de moda últimamente, el Angélica Zapata Cabernet Franc, Adrianna Vineyard de Gualatallary 2011, un vino redondo, de mucho potencial, que al ser degustado nos daba un potencial de guarda de más de 15 años, la verdad que estaba muy interesante.

El último era un vino del que mucho habíamos hablado, un Cabernet Sauvignon al 100 %: el DV Vineyard Designated Cabernet Sauvignon La Pirámide 2013, que tenía mucha potencia, pero, al mismo tiempo, ya estaba redondo y era agradable de tomar.

Puedo decir que la pasamos muy bien, aunque llegamos temprano, alrededor de las 9:00. Lo disfrutamos y, sobre todo, era un excelente horario para degustar los vinos.

Apreciados lectores, a todos, ¡salud! y hasta el próximo sábado.

oligayet@hotmail.com

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