Aumento de violencia contra la mujer es alarmante

Los nombres de Marina Garay Miranda, Jessica Raquel Segovia Espínola y Liz Mabel López Encina estamparon las crónicas policiales en los últimos días y engrosaron la larga lista de mujeres víctimas de la violencia. Detrás de los crímenes, pedidos de divorcio, exigencia de reconocimiento filial y reclamo de prestación alimentaria evidencian un problema cuya solución va más allá de la ley.

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Estas mujeres pagaron con sus vidas la decisión de reivindicar sus derechos, lo cual demuestra un profundo problema que no encuentra solución solo en la legislación, sino en la urgente necesidad de implementar programas tendientes a erradicar la violencia de género, a través de la educación.

Oriundas de diferentes ciudades, de distintas edades, ellas tuvieron en común haber terminado sus días brutalmente asesinadas en manos de sus exparejas en algunos casos o parejas aún, como corolario de historias de violencia familiar.

El 5 de agosto pasado, la docente Liz Mabel López Encina, de 33 años, embarazada de ocho meses, fue ultimada de varios disparos por su expareja Francisco Florentín Martínez, en Coronel Oviedo, quien posteriormente se suicidó. El crimen se produjo frente a los dos hijos (de 10 y 6 años) de la educadora con Florentín, disconforme con la decisión de la mujer de rehacer su vida con otra persona.

El 22 del mismo mes, Jessica Raquel Segovia Espínola, de 19 años, fue asesinada a machetazos por su expareja y padre de su hijo de 2 años, el expolicía César Gustavo Villalba Insfrán, quien la atacó en su casa de Limpio, ante la negativa de la mujer de reanudar la relación. La comadre de la joven y sus dos hijas intentaron defenderla y fueron gravemente heridas.

Dos días después, en una precaria vivienda del km 11 Monday, se encontró el cuerpo sin vida de Marina Garay Miranda, de 43 años. La causa de la muerte fue estrangulamiento, pero el cuerpo presentaba rastros de golpes en el rostro, heridas punzantes en los pechos y quemaduras en las partes íntimas, según los reportes. El concubino Miguel Cáceres Mancuello está sindicado como principal sospechoso y tiene orden de captura.

Haber ocurrido en el mes de agosto fue solo una coincidencia entre los casos citados. Los datos estadísticos revelan que la violencia contra la mujer va en aumento.

El año pasado, por ejemplo, hasta el 20 de noviembre se registraron 23 femicidios.

Infanticidio

El niño Jesús Daniel Benítez Benítez, de 5 años, quien fue asesinado por su propio padre, Julio César González Cáceres en marzo pasado, también hace parte de esta tenebrosa estadística. El crimen fue el desenlace de una serie de amenazas que hizo en forma reiterada a la madre, Rosa Mabel Benítez, cuando esta decidió poner fin a la relación debido al carácter violento de su pareja y a su negativa de reconocer al hijo de la unión. Las amenazas fueron denunciadas ante la fiscalía, pero las medidas de protección fueron nulas.

Cifras a nivel mundial

La abogada María Gloria Bobadilla afirmó que la violencia contra la mujer constituye un grave problema de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres. Las últimas cifras recientes de la prevalencia mundial indican que el 35% de las mujeres del mundo han sufrido violencia de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.

Por término medio, el 30% de las mujeres que han tenido una relación de pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia física o sexual por parte de su pareja.

Un 38% de los asesinatos de mujeres que se producen en el mundo son cometidos por su pareja.

“Estas formas de violencia pueden dar lugar a problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva y otros problemas de salud, y aumentar la vulnerabilidad al VIH y la muerte de mujeres inocentes y jefas de hogar ante un Estado que lo ignora”, destacó la profesional.

Procesos y prisión suman y siguen

Los procesos de violencia doméstica acaparon gran parte de los estantes de los juzgados penales de garantías. La previa ingesta de bebidas alcohólicas por parte del agresor aparece como factor común en una gran mayoría de los casos.

Dos a cuatro imputaciones por día

El juez penal de garantías Gustavo Amarilla comentó que ingresan dos y hasta cuatro causas de violencia doméstica por día de turno.

“Hay cada vez más, incluso cuando estamos de turno la cantidad de detenidos que vienen con imputación y pedido de prisión preventiva son numerosos, a veces en la misma cantidad de personas por hurto y hurto agravado. Te diría que en dos días de turno podrían ingresar cuatro carpetas por día, son dos o tres causas por día de violencia doméstica”, explicó el magistrado.

Sin medidas

“Hay un gran número de causas por violencia doméstica y hay que tener en cuenta que a fines del 2014 se promulgó la ley que eleva de delito a crimen y sumado a la ley que prohíbe la concesión de medidas sustitutivas de prisión en caso de crimen, hace que se estén dictando muchísimas medidas de prisión en casos de violencia doméstica”, explicó a su vez la jueza penal de garantías Carla Bacigalupo.

Falta contención a víctimas

“En numerosos casos la propia víctima acude al juzgado pidiendo una medida sustitutiva a la prisión y solicita incluso dejar sin efecto la causa”, comentó la magistrada, tras abogar por la creación de órganos que den contención a las víctimas de violencia.

Tratamiento al agresor, pendiente

“También tenemos que ir viendo un poquito qué hacer con el agresor, qué tratamiento dar al agresor, porque si solamente aprisionamos y no damos una solución de fondo, y el agresor vuelve a salir, solo estamos paliando, estamos atacando solo el síntoma y no la causa del problema. Necesitamos crear más instituciones de contención sicológica a las víctimas, no albergue solamente”, expresó Bacigalupo.

Ley de femicidio es urgente

A 8 meses de la aplicación de la Ley 5378/2014 que modifica el Art. 224 del Código Penal, que sanciona la violencia familiar y amplía la pena a 6 años de pena privativa de libertad, ha aumentado ostensiblemente la violencia contra la mujer. Lo que indica que el derecho penal no puede solucionar la problemática existente.

En Paraguay la Ley 1600/00 establece las normas de protección para toda persona que sufra lesiones, maltratos físicos, psíquicos o sexuales por parte de uno de los integrantes del grupo familiar, que comprende el originado por el parentesco, en el matrimonio o unión de hecho, aunque hubiese cesado la convivencia, asimismo en el supuesto de parejas no convivientes y los hijos, sean o no comunes.

Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.

Las mujeres son reacias a denunciar el abuso por vergüenza o temor a incriminar a su compañero y porque la sociedad aún discrimina y porque no tiene medios económicos para sustentar a sus hijos.

Estas formas de violencia pueden dar lugar a problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva y otros problemas de salud, y aumentar la vulnerabilidad al VIH y la muerte de mujeres inocentes y jefas de hogar ante un Estado que lo ignora.

La forma más endémica de la violencia hacia las mujeres es el maltrato que estas sufren por parte de sus esposos, concubinos o novios y a menudo viene acompañado de manifestaciones de violencia sexual.

En la mayoría de los casos las mujeres –por condiciones de su socialización– aceptan el castigo físico y emocional como prerrogativa de sus parejas, limitando el rango de conductas que ellas consideran abusivas, porque sabe que no encontrara respuesta en la justicia.

Prevención

La única manera de su eliminación o al menos disminución es buscar el camino a la concienciación social de la violencia hacia la mujer que fue iniciado por los movimientos reivindicativos de sus derechos en la década de los años sesenta. Consecuencia de ello fue que en la Europa de los años sesenta se inicia una reforma del derecho de familia dirigida a equiparar jurídicamente al hombre y la mujer.

Son necesarios más recursos para reforzar la prevención de la violencia de pareja y la violencia sexual. Políticas del Estado que busquen erradicar la violencia.

Educación

Los programas escolares y universitarios de prevención de la violencia son eficaces. Para que se produzcan los cambios duraderos, es importante que se promulguen leyes y se formulen políticas: que protejan a la mujer, combatir la discriminación de la mujer; que fomenten la igualdad de género. La familia es el lugar donde se debe educar en igualdad.

La sensibilización y la formación de los prestadores de servicios de salud y de la justicia de otro tipo constituyen por tanto otra estrategia importante. Para abordar de forma integral las consecuencias de la violencia y las necesidades de las víctimas y supervivientes se requiere una respuesta multisectorial.

Justicia

Los fiscales que reciben la denuncia deben actuar con rapidez y con conocimiento en dicha materia, reciben la denuncia y primero llaman a la víctima a ratificarse para luego llamar a una indagatoria sin tomar medidas precautorias de protección a la víctima.

Entre los factores de riesgo de comisión de actos violentos cabe citar un bajo nivel de instrucción, el hecho de haber sufrido maltrato infantil o haber presenciado escenas de violencia en la familia, el uso nocivo del alcohol, actitudes de aceptación de la violencia y las desigualdades de género. El hecho de haber presenciado escenas de violencia entre los progenitores, la exposición a maltrato durante la infancia, y actitudes de aceptación de la violencia y las desigualdades de género.

Ley de femicidio

Los legisladores y la sociedad toda deben estudiar en forma urgente la ley de femicidio dado el aumento de víctimas. Asimismo, una mujer que sufre violencia debe recurrir juzgados de Paz, Juzgado Penal y Civil. La víctima debe promover juicios de alimentos para sus hijos pequeños que sufren graves consecuencias en su formación, de disolución conyugal o divorcio por lo que es necesario reformar la ley y crear juzgados de familia para concentrarlos y realizar en forma oral. En muchos países como México donde la población es superior ha dado buenos resultados.

rferre@abc.com.py

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