Desgarradores relatos de las víctimas de trata

Doce jóvenes paraguayas de entre 18 y 26 años de edad que, bajo engaños, habían sido llevadas como esclavas sexuales a Turquía, Chipre y España, relataron ante la fiscalía cómo fueron drogadas y obligadas a prostituirse. Con ayuda de la Policía alemana y española, el Ministerio Público de Paraguay logró desbaratar tres organizaciones criminales de trata de personas. Las víctimas declararon ante el Ministerio Público que fueron engañadas. La “oferta” que recibieron fue para ir a trabajar en restaurantes, pero al final habían sido llevadas a burdeles, en donde mantenían relaciones sexuales con los clientes y sin preservativo, según afirmaron.

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Según la fiscala Teresa Martínez, de la fiscalía de Trata de Personas, las organizaciones criminales lograron reclutar bajo mentiras a 24 mujeres jóvenes que fueron a parar en burdeles de Estambul, Chipre y ciudades de España, desde donde fueron rescatadas doce de ellas.

Las mujeres relataron ante el Ministerio Público todo lo que sufrieron, y que incluso eran golpeadas cuando se negaban a mantener relaciones sexuales con los clientes. La mayoría contó que habían sido engañadas por integrantes de la red que enviaba compatriotas desde nuestro país.

Los criminales les ofrecían trabajar en cafeterías y que se les iba a pagar muy buen salario. Las víctimas, en su mayoría del interior del país, especialmente de los departamentos de Caaguazú y San Pedro, fueron empujadas a aceptar el “empleo” ante la necesidad económica.

Una de las víctimas contó que tenía un hijo de cinco años y que para pagar el estudio y la alimentación del menor, aceptó viajar al extranjero en donde iba a ganar mucho dinero. Sin embargo, fue golpeada, drogada y explotada sexualmente por los dueños de los burdeles.

El relato de las paraguayas víctimas de trata es desgarrador y transcribimos en la página.

En una reunión de prensa que se hizo en la fiscalía, se exhibieron gráficos según los cuales figuran como implicados en el repugnante hecho Sergio Peralta, Elena Barrios de Peralta y Narcisa Casco, entre otros.

Los reclutadores trabajaban bajo el mando de un tal “Patrón” a quien dentro de las organizaciones de trata de personas se lo conoce como “Alí Kalyón”.

“Las víctimas recibían promesas de trabajos fabulosos y sueldos millonarios en España y Turquía”, dijo la fiscala, quien indicó que las engañadas son jóvenes del interior del país que eran llevadas de Asunción a San Pablo y de ahí a España, Turquía y Chipre.

Las paraguayas llevadas a Turquía eran recibidas por la misma policía de ese país, cuyos agentes después se encargaban de trasladarlas a hospitales públicos para controles médicos y de ahí a los burdeles, donde eran obligadas a trabajar como esclavas sexuales. En caso de resistencia, las mujeres eran violadas y filmadas para videos que posteriormente eran enviados a sus familiares y amigos de Paraguay. Las esclavas sexuales firmaban pagarés por 20 y 30.000 euros para solventar gastos que no terminaban de pagar.

Fue obligada a tener relaciones sexuales con clientes de club

E.G.M. declaró ante la fiscalía que vivía en Chile, en donde viajó con un grupo de amigos. Dijo que su novio es chileno y que estaba trabajando como secretaria en una empresa de hormigones del tío de su pareja.

“Mi amiga contactó con otra amiga que estaba trabajando en Turquía y esta le propuso si no queríamos ir a trabajar en un restaurante como mozas. Le dijo que otras veces haríamos limpieza, de acuerdo a las necesidades que se presentaban en el momento. También le manifestó que por mes nos pagarían alrededor de G. 25.000.000, esto en lo que es nuestra moneda porque la de Turquía no recuerdo”, declaró la mujer, que había sido rescatada.

E.G.M. apuntó que aceptó viajar porque en Chile ganaba G. 2.500.000 mensuales y que esta suma no le alcanzaba, ya que tenía que enviar dinero a su familia que vive en Paraguay.

“El 31 de mayo o 9 de junio, no recuerdo bien, abordamos junto con mi amiga un autobús de la empresa Nuestra Señora de la Asunción con destino a São Paulo. De allí abordamos un avión de la empresa Turksh Airlines con destino a Turquía. Llegamos allá y en el aeropuerto nos recibió un señor, que nos despojó de nuestros pasaportes. Luego nos trasladó hasta una calle oculta en donde esperamos un momento y apareció “Jéssica”, la amiga de mi amiga. Abordamos un automóvil y pasamos frente a un restaurante en donde íbamos a trabajar, según Jéssica”.

La víctima refirió que luego fueron llevadas a un boliche “donde nos darían habitaciones y nos cobrarían un precio bajo”.

“Jéssica nos dijo que nos llevaría al hospital para hacernos exámenes a fin de tener un carné de sanidad. Fuimos supuestamente al hospital, pero al llegar me di cuenta de que era un lugar raro, donde nos dejaron hasta el día siguiente. Después fueron a buscarnos y nos trasladaron nuevamente al boliche. Luego de un tiempo Jessica nos dijo que en el restaurante no había lugar para trabajar y que teníamos que quedarnos en el boliche. Allí tendríamos que vestirnos provocativamente, tomar tragos y tener relaciones sexuales con clientes. Reaccioné ante esta situación, pero al parecer mi amiga sabía para qué nos habían llevado, pero no me manifestó nada al respecto”, declaró la mujer ante el Ministerio Público.

“Yo me negué a tener relaciones sexuales con los clientes, pero Jéssica con el dueño del local, Ali Kalyon, me obligaron, incluso muchas veces me drogaron para que accediera a estar con los clientes. Estuve así alrededor de seis días. Jamás me dieron dinero por lo que hacía.

E.G.M. fue rescatada y volvió a nuestro país. Realizó la denuncia en una ciudad del interior del país, del departamento de Caaguazú, de donde es oriunda.

Específicamente retornó a Paraguay el 19 de junio pasado, según los datos.

Se tenía que complacer al cliente

“Antes de Chipre estaba trabajando en Brasil y una amiga, también paraguaya, me dijo que se iría a probar suerte en Turquía. Le manifesté que si le iba bien que me avise”, contó otra víctima en su declaración ante el Ministerio Público.

Dijo que en febrero de 2013 viajó a Turquía. “Los pasajes me envió el patrón, el señor Tahir Kasapoghu, del casino White Horse. Estuve cuatro meses trabajando y como gané bien fui a descansar a Estambul. Después fui a España y luego volví a Paraguay”, agregó.

“Estuve en Chipre, una isla llena de casinos, a una hora de Turquía, porque en Turquía no se permiten los casinos, son ilegales. El casino Kings Club es uno de los más grandes de la isla, por eso cuando tuve oportunidad de conocer a Alí Kalyon, el dueño, le dije que quería ir a trabajar en su casino”, manifestó la mujer.

“Cuando quise regresar a Chipre contacté nuevamente con Ali Kalyon para ir a trabajar a su casino y él aceptó, me envió los pasajes”, dijo.

“Viajé el 15 de agosto de 2014, al llegar al aeropuerto de Ercam me dieron la visa por el periodo de seis meses, que es el tiempo que dura el contrato”, apuntó.

“Luego me llevaron a un hospital donde te quedás un día para el control, la prueba de sangre, porque si tenés alguna enfermedad no podés estar en ese país. Después de salir del hospital te entregan la tarjeta, que se debe conservar porque semanalmente tenés que ir al control de salud”, contó la testigo a los investigadores.

“Después me llevaron a la Policía en donde me entregaron el pasaporte y la libreta de identificación y con ese documento tenemos que manejarnos por la isla”, agregó.

Dijo que al principio trabajó bebiendo copas. “Te sentás con los clientes a tomar bebidas, el horario del casino es de 12:00 a 02:00 horas de lunes a lunes. Hay chicas que no trabajan todos los días, pero yo estaba trabajando todos los días. Después tuve relaciones sexuales con los clientes, dentro del club; también se podía salir, pero yo prefería que no”, declaró la testigo.

Afirmó que por la venta de copas le daban una comisión. Una copa costaba 75 dólares y a ella le correspondían 15 dólares de esa copa.

“Si el cliente te pide para bailar tenés que hacer, pero por eso te tienen que pagar y ese dinero quedaba para mí”, admitió la mujer.

“Por la actividad sexual la mitad es para el casino y la otra mitad para mí”, enfatizó.

Dijo que existían otras paraguayas y que una de ellas era la novia del patrón y la encargada del lugar. “Ella no trabajaba, el patrón nunca le maltrató”, contó.

Aseguró que volvió con US$ 6.000 a Paraguay.

Le dijeron que iba a trabajar en súper

Otra víctima de la trata de personas contó en su declaración ante la fiscala Teresa Martínez que al llegar a Madrid tomó un taxi y le pidió al conductor que la lleve al Hotel Tudesco. “De ahí me buscó una paraguaya, que me llevó a un lugar que se llama Talavera de la Reina, en donde estaba su marido, que ni era paraguayo ni español. También estaba un señor de nombre Mostafá, un árabe. El lugar era parecido a un Night Club”, manifestó.

“Recién al llegar me enteré que era un prostíbulo. Tenía que trabajar sí o sí, porque la estadía costaba 50 euros. Había 25 chicas, muchas de ellas paraguayas y de otras nacionalidades”.

Contó que estuvo dos meses y que nunca le pagaron nada.

“Una vez le dije a la paraguaya que me llevó que iba a realizar una denuncia y me dijo que espere, porque me iba a enviar a trabajar en un supermercado de Turquía. Le creí otra vez y accedí a viajar de España a Turquía, en Ercam, ahí me buscaron y de nuevo me llevaron a un prostíbulo, en donde estuve 22 días. Me iba a firmar semanalmente en la Policía de Turquía. Les pedí auxilio, les agarré de las piernas a los policías y les grité Paraguay, Paraguay. De esta manera pude regresar al país”, agregó.

La mujer explicó al Ministerio Público que los involucrados en esta red le facilitaron todo para que se traslade hasta Identificaciones de Asunción para gestionar su pasaporte, en donde ya le estaba esperando otro miembro de la banda, que se encargó de gestionar el pasaporte.

Manifestó que le dieron 800 euros para viajar. Contó que primero se fue hasta Ciudad del Este, en donde estuvo en la casa de otro integrante de la red, que le dijo llamarse Roberto, que era dueño de una bodega. “Me enseñó como tenía que hablarles a las autoridades de España, qué cosas decirles.

Afirmó que de Ciudad del Este fue a São Paulo, luego a París y finalmente a Madrid.

Estaba prohibido usar preservativo

“Al llegar, muchas paraguayas hicieron escándalo, porque no sabían que estaba prohibido usar preservativo con los clientes. El patrón les daba pastilla y les drogaba y abusó de una de las chicas, incluso le sacó fotos desnuda. Les hacía trabajar de día y de noche”, relató otra de las mujeres víctimas de trata de personas, cuando estuvo en el Ministerio Público.

Refirió que semanalmente eran llevabas a la Policía para firmar y al hospital para la inspección médica, atendiendo que las relaciones sexuales que mantenían con los clientes era sin preservativo.

Contó que el patrón les trató muy mal. “Nos drogaba. Un domingo me pegó por la cara y entonces decidí regresar porque me di cuenta de que no iban a pagarme”, testificó la mujer.

Manifestó que con otras dos chicas se escaparon y que se fueron con la ropa puesta.

“La oficina de la Policía estaba cerrada, pero había un guardia. Contamos nuestra historia mediante un traductor y dijimos que queríamos volver a Paraguay. La Policía buscó nuestras maletas y luego nos enviaron”, expresó.

cbenitez@abc.com.py

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