Diálogo con el EPP ¿Descabellado o necesario?

“Acá no se habla de perdonar culpas; el que cometió un delito lo tiene que afrontar, pero nosotros lo que vamos a garantizar es el justo proceso”, dijo el ministro Bajac recientemente al abrir esta posibilidad que para muchos sigue siendo imposible e improcedente.

“Ya se ha gastado mucho dinero, mucha gente ya ha muerto, tenemos tres secuestrados y no se sabe qué pasó de ellos. No sé, pero yo creo que todos tenemos que buscar un medio para ponerle fin”, añadió en su intervención ante los medios de prensa.

Obviamente, las declaraciones del ministro Bajac causaron todo tipo de comentarios, la mayoría de ellos en contra, por entenderse como una especie de amnistía o perdón a los miembros de una banda criminal que ya mató a 34 civiles, a 18 policías y a 11 militares y que actualmente mantienen en cautiverio a un policía, a un menonita y a un ganadero.

Uno de los que se mostraron categóricamente en contra fue el exministro de Industria Diego Zavala, quien negoció personalmente con la cúpula del Ejército del Pueblo Paraguayo la liberación de su hermano Fidel Zavala.

Este último permaneció secuestrado por 94 días, entre octubre de 2009 y enero de 2010.

En el programa Momento Justo, que se emite por radio ABC Cardinal, Diego Zavala dijo, entre otras cosas, que una autoridad como el ministro de la Corte Bajac no tendría que hacer ese tipo de planteamientos absurdos.

La ley no lo prohíbe 

Jurídicamente, no hay una ley que prohiba al Gobierno o a cualquier otra persona dialogar o negociar con el Ejército del Pueblo Paraguayo o con otras bandas criminales.

Lo que sí establece claramente la Ley 4005, en su artículo 3, es que “queda única y exclusivamente a cargo de los organismos especializados del Estado, en coordinación con los familiares de las víctimas, todo contacto o negociación con los secuestradores”.

Esta normativa se refiere únicamente a los casos de secuestros en curso y, además, dispone el bloqueo de bienes para evitar el pago de un rescate.

Entonces, queda en un plano netamente político un eventual acercamiento a los secuestradores del EPP, cuyos cabecillas son Osvaldo Daniel Villalba Ayala, Manuel Cristaldo Mieres, y Magna María Meza Martínez, todos de 34 años de edad.

En un futuro cercano, no dejaría de ser interesante la posibilidad de un diálogo con el EPP, pero sin que ello implique un perdón por los aberrantes crímenes que cometieron. Además, es evidente que militarmente no vamos a poder contra ellos.

Es que la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) cada vez demuestra mayor inutilidad y habría que empezar a replantear la estrategia contra la gavilla, porque el dolor en el Norte, alguna vez, tiene que acabar, como sea.