Edelio Morínigo pasa a ser una prioridad nacional

El agente policial Edelio Morínigo Florenciano prestaba servicio en el puesto policial N° 7 del asentamiento “Núcleo 3” de Arroyito, en el distrito de Horqueta, cuando cayó en poder del EPP el 5 de julio de 2014, tras adentrarse en un monte de la zona de su jurisdicción. Participaba en las operaciones desplegadas por la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), después que la banda criminal secuestrara en la colonia Paso Tuyá al adolescente Arlan Fick Bremm (17), el 2 de abril del mismo año.

De acuerdo a los antecedentes, Morínigo salió a las 11:30 de su vivienda ubicada en Calle 18, a la altura del kilómetro 77 de la Ruta V “Gral. Bernardino Caballero”, en compañía de siete amigos identificados como Santiago Ledesma Colmán, Froilán Mendoza, Pascual Ledesma, Ignacio Acosta, Leonardo Acosta, Alex Mendoza y “Chiquito” Trinidad.

El grupo se dirigió hasta la zona conocida como Calle 24, localizada a la altura del kilómetro 95 de la citada ruta y en el predio de la estancia conocida como Macchi Cue, situado en la localidad de Arroyo de Oro, límite entre Horqueta y Yby Yaú.

Pocas horas después de adentrarse al monte para cazar, los jóvenes fueron alteados por el grupo armado, integrado por ocho hombres y una mujer, que estaban vestidos con uniformes de camuflaje y que portaban armas largas.

Aparentemente, los ocho cazadores fueron reducidos, desarmados y obligados a tirarse al suelo, mientras los desconocidos les quitaban todas las municiones que tenían, aunque llamativamente les devolvieron sus armas.

En el momento en que fue revisado Edelio Morínigo Florenciano, los miembros del EPP se dieron cuenta de que era un efectivo policial al ver su pistola calibre 9 mm con el logo de la institución. También hallaron su credencial policial entre sus documentos.

Inmediatamente, los insurgentes tomaron como rehén al agente y liberaron a los demás, aunque les advirtieron que no radicaran ninguna denuncia ni que el caso fuera comunicado a la fiscalía, según la versión suministrada por las otras víctimas.

La lucha de una familia

Desde el momento que se supo la noticia del secuestro de su hijo, la angustia y la desesperación se apoderó de la vida de los padres de Edelio, Apolonio Morínigo y Obdulia Florenciano, así como de su esposa, Elisa Mabel Ledesma, hermanos y demás familiares. La comunidad de Arroyito se solidarizó con la situación, al tiempo que se organizaron marchas y rezos para pedir por su liberación, al igual que el de Arlan Fick.

Los captores no presentaron ninguna prueba de vida hasta que el 22 de octubre fue dado a conocer un video dejado por el EPP en Paso Tuyá, en el que Edelio aparece con Arlan Fick. Ambos estaban rodeados de miembros del grupo armado y de explosivos. A través del audiovisual, probablemente grabado el 18 de octubre, los insurgentes establecieron un plazo al Gobierno hasta el 1 de noviembre para liberar a seis miembros del EPP actualmente presos, bajo amenaza de asesinar al uniformado.

Las autoridades se mantuvieron firmes y rechazaron el canje, pero el dolor, el llanto y la desesperación invadieron nuevamente el hogar de la familia Morínigo-Florenciano. Pasó la fecha establecida y los criminales no mataron al efectivo policial, pero aún permanece en cautiverio.

Apoyo en redes sociales

Al producirse la liberación de Arlan Fick la noche del 25 de diciembre de 2014, la sociedad paraguaya recibió la noticia con alegría y optimismo. Sin embargo, recordaron que Edelio aún seguía en poder del EPP y expresaron su apoyo a través de las redes sociales.

Se formaron grupos en Facebook, Twitter, Whats App y otras redes sociales para reclamar por la liberación del uniformado y expresar su total solidaridad con su familia.

El Gobierno brindará asistencia a familiares

Los padres de Edelio Morínigo, Apolonio y Obdulia, vinieron la semana pasada hasta la capital con la intención de entrevistarse con el presidente de la República, Horacio Cartes; el ministro del Interior, Francisco de Vargas; el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón; y el presidente del Congreso, Blas Llano, para implorar por la liberación de su hijo. Fueron recibidos por las tres últimas autoridades nombradas, además del comandante de la Policía Nacional, Crio. Gral. Francisco Alvarenga, pero no por el Primer Mandatario.

Durante la reunión mantenida el jueves último en el Ministerio del Interior, De Vargas y Alvarenga acordaron establecer una forma de comunicación más fluida con la familia de Morínigo para ponerle al tanto de las informaciones que manejan sobre la situación del secuestrado.

“Acordamos canales efectivos de asistencia, contención e información para explicarles las acciones que está tomando la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en el marco de la liberación de Edelio Morínigo Florenciano”, señaló De Vargas en una rueda de prensa.

“Los informes no han sido revelados en forma periódica y hay que entender la situación que ellos atraviesan. Sí hemos acordado un sistema de comunicación más fluido que nos permitirá dar a ellos la información que necesitan saber”, dijo.

De Vargas confirmó también que el efectivo policial aún continúa con vida y que su esposa, Elisa Mabel Ledesma, percibe mensualmente el salario que corresponde a su marido.

El comandante de la Policía Nacional, por su parte, se comprometió a gestionar con las autoridades del Hospital de Policía “Rigoberto Caballero” para que se le brinde algún tipo de asistencia médica a los padres de Edelio, principalmente Apolonio Morínigo, quien padece de una grave enfermedad. También anunció que tramitará la provisión de víveres para los familiares para menguar la difícil situación que atraviesan.

Los padres y demás allegados de Morínigo fueron recibidos después por el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, quien les manifestó que “nuestra prioridad es recuperar con vida a Edelio Morínigo”, además de comprometerse de ponerles al tanto de las investigaciones.

Finalmente, los familiares del agente se entrevistaron con el presidente del Congreso, Blas Llano, y la senadora Desirée Masi, quien se comprometió a mediar desde el Parlamento para que las instituciones puedan asistirles.

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