El secuestro del ganadero Sebastián Llano Cavina

El 28 de junio de 2004 el ganadero Sebastián Llano fue secuestrado en una falsa barrera policial montada en el barrio Villa Aurelia de Asunción y liberado tres días después de que sus familiares pagaran un rescate de 170.000 dólares. Tras su liberación, la Policía y el Ministerio Público iniciaron una investigación que derivó en la detención y posterior condena de los involucrados.

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La odisea de Sebastián Llano empezó a las 08:00 del 28 de junio del 2004, cuando detuvo su camioneta en la intersección de las calles Víctor Rodríguez casi Golschmich del barrio Villa Aurelia de la capital, al ser alteado por lo que aparentaba ser una barrera policial. Estaba formado por dos hombres vestidos con uniformes policiales y uno de ellos además tenía puesto un chaleco negro con logotipo del Departamento de Automotores de la Policía Nacional 

En la ocasión, los supuestos policías “inspeccionaban” una camioneta Nissan Mistral verde metalizado modelo 1994 sin chapa, cuyo conductor según la investigación fiscal era Cristian Ramón Carro Córdoba.

A Llano le sorprendió el control policial, inusual en la zona, pero como su vehículo se encontraba circunstancialmente sin chapa porque era nuevo, detuvo la marcha. En ese momento, Eugenio Fidel Chávez Vera, quien vestía chaleco de Automotores, le requirió los documentos del vehículo y luego su cédula.

Acto seguido, solicita permiso para realizar una inspección “de rutina” en el interior del vehículo, motivo por el cual el ganadero destraba las puertas, situación aprovechada por los falsos policías para ingresar al vehículo.

A punta de arma de fuego, Llano fue obligado a conducir y avanzar 4 o 5 cuadras, cuando uno de los asaltantes asume el mando del vehículo. Posteriormente, uno de los secuestradores tapa los ojos del ganadero con una campera y en esas condiciones, se procede a los cambios de vehículo, hasta llegar al lugar donde pasó su primera noche en cautiverio.

Contactos y pruebas de vida 

Una vez materializado el plagio, los secuestradores se pusieron en contacto ese mismo día con Ismael Llano, padre de Sebastián, y exigieron en principio un millón de dólares. Pero tras exhaustivas y agresivas negociaciones con la familia de la víctima, el monto fue reducido.

Durante el tiempo que duró el plagio la banda entregó tres pruebas de vida. La primera fue el mismo día de secuestro, que consistió en una carta escrita de puño y letra por la víctima, en la que clama por su vida y pedía que se realice el pago. El escrito fue dejado en un cantero ubicado frente a un local comercial sobre la avenida Boggiani. Asimismo, fue dejado allí el teléfono celular desde el cual se hicieron las negociaciones.

La segunda prueba de vida consistió en un microcasete con grabaciones de voz del secuestrado y fue encontrado el 29 de junio frente al consultorio de la esposa de la víctima, en la zona de Villa Morra de la ciudad capital.

La tercera prueba solicitada por la familia a los secuestradores fue que le realicen a Sebastián Llano la pregunta de qué se había operado de pequeño y dónde y con quién habían almorzado el domingo anterior a su secuestro, ambas contestadas de manera correcta.

La entrega de los 170.000 dólares acordados se concretó la noche del 30 de junio en el basurero de una plaza del barrio Laguna Grande de San Lorenzo y el ganadero finalmente fue liberado por sus captores tras ser abandonado en un baldío ubicado en las inmediaciones de un surtidor de la Texaco ubicado sobre Madame Lynch. Desde allí caminó hasta su casa en Villa Aurelia.

Capturados y juzgados 

Tras asegurarse la liberación de Sebastián Llano, la Policía y la Fiscalía iniciaron una exhaustiva investigación destinada a esclarecer el plagio y capturar a los secuestradores.

La investigación directamente apuntó a una banda internacional dedicada netamente al secuestro y responsable de otros plagios ocurridos en Paraguay y Argentina, como los de Mariángela Martínez, Gilda María Estela Vargas, Cristhian Schaerer y María Mercedes Elizeche. El líder de la gavilla era el argentino Cristhian Carro Córdoba, quien además era secundado por sus connacionales José Rodolfo Lormhan, alias El Ruso, Néstor H. Barzuk y José Horacio Maidana, alias “Gustavo Javier Ronco”.

En el marco de las investigaciones, la Policía detuvo en nuestro país como implicados a la exmodelo Lourdes Lorena Aquino, el comerciante Anselmo Acuña, el secuestrador Eugenio Fidel Chávez Vera y el funcionario policial Blas González Capdevila.

Todos ellos fueron procesados por el secuestro de Llano y el 22 de mayo de 2008, el Tribunal de Sentencia condenó a Lourdes Lorena Aquino y Eugenio Fidel Chávez a 15 años de prisión, mientras que Acuña recibió una pena de 14 años. González Capdevilla, acusado por cohecho pasivo agravado (coima), fue absuelto.

Carro Córdoba fue detenido en Argentina en 2004 y en 2008 fue condenado por dos secuestros en su país de origen. Igual suerte corrió Barzuk, mientras que Lohrmann y Maidana cayeron en Portugal en febrero de 2017.

cazenave@abc.com.py

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