Es una guerra irregular

Entender que la guerra era irregular, que el factor inteligencia es vital, que la Policía y los Militares debían dejar de lado los celos para trabajar por un objetivo común fueron elementos claves para combatir a las FARC y al narcotráfico, dijo el general Jorge Mora Rangel, excomandante de las Fuerzas Armadas de ese país.

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En una extensa exposición durante un evento organizado por la Cámara Paraguayo-Americana, Mora Rangel, quien combatió a las FARC y participó de la mesa del Acuerdo de Paz hizo una reseña cronológica y a la vez didáctica de com Colombia fue absorbida por la delincuencia y todo lo que se tuvo que hacer para salir de ella.

Más allá de que no hizo ninguna alusión a Paraguay, su relato nos asomaba a lo que hoy se vive en el norte. Pero se cuidó bien en señalar que solo compartía una experiencia que no debía repetirse. “No se trata de recetas, ni soluciones, ni trasplantar soluciones”, indicó al empezar

En ese contexto recordó que las guerrillas se formaron en Colombia en el años 1964. Aparecieron Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia reivindicando la línea soviética y el Ejército de Liberación Nacional, pro castrista.

Al año siguiente se formaba el Ejército Popular de Liberación Pro China. A estos grupos se sumó en 1970 el M19.

Al referirse a las FARC, señaló que en sus inicios era un grupo muy pequeño que reivindicaba la toma de poder por las armas. “Poder significa cambio de sistema elegido por la ciudadanía; fueron creciendo muy poco hasta que en el 85 se llegó el problema d la cocaína en Colombia”, dijo.

El negocio grande de la droga fue el de la cocaína, pero para el efecto se necesitaba de la selva como lugar propicio.

Como las FARC tenían el dominio del campo cobraba el “impuesto” al gramo de cocaína, hasta que se percataron de las ganancias que dejaba el negocio del tráfico. “Así empezó el crecimiento y fortaleza de la guerrilla”.

El campesino, en realidad, era el más perjudicado porque estaba en medio de la ausencia del Estado y los criminales e igual seguía siendo pobre. “Estos grupos guerrilleros terminaban extorsionando a todo el mundo, al dueño de la tienda, al que hacía el transporte de los escolares, al empresario”, refirió.

Indicó que los años 90 fueron los de mayor avance de la guerrilla. “El poder del narcotráfico le daba las armas modernas, y uniformes”.

Añadió: “Llegaron a 20 mil hombres, creciendo y diseminando como una plaga; atacaban puestos de policía y asaltaban las alcaldías. Mas de 30 alcaldes de un total de 300 municipios fueron secuestrados.

El siguiente paso que dieron fue el de acercase a Bogotá. “Alrededor de la capital teníamos 16 frentes, cada frente tenía entre 80 a 100 integrantes”, puntualizó.

En ese contexto se produjo el primer diálogo entre guerrilla y Gobierno, que no fue más que una estrategia de los terroristas para ganar tiempo en el objetivo de llegar al poder, según señaló.

El mal momento de Colombia quedó graficado con una encuesta dirigida a la ciudadanía, que fue encargada por el gobierno, con dos preguntas específicas: “¿Usted cree que el ejército es capaz de derrotar a la Guerrilla? La respuesta fue no.

¿Usted cree que las guerrillas pueden llegar al poder? La respuesta fue sí.

El general Mora indicó que todo esto llegó a un punto de inflexión. “Cuanto más duro nos dieron, el Estado colombiano, las instituciones y la sociedad empezamos a darles los golpes en el campo de batalla”, puntualizó.

Esto derivó en que unos seis mil guerrilleros se desmovilizaron, otros fueron dados de baja y que las FARC, comenzaron a salir del país.

“Durante las negociaciones del acuerdo de Paz (los de las FARC), una vez me dijeron: mire general nosotros no podíamos quedar una noche en un lugar, si quedábamos dos días nos alcanzaban”, recordó.

Indicó cómo comenzó a cambiar la historia. “La victoria comenzó al sentarlos en la mesa derrotados; es un error sentarlos victoriosos a la mesa”.

Explicó que ese Acuerdo de Paz firmado en la Habana que hoy está en vigencia, en uno de sus puntos incluye que el gobierno compre los cultivos de los campesinos, ,al tiempo de promover la siembra, proveer de escuelas y electricidad a las zonas rurales.

Otro de los puntos establece el de la sustitución voluntaria de los cultivos, como por ejemplo de frutas por cocaína. “Se establecía la erradicación forzosa de las plantaciones, a los que no se acogían a la sustitución”.

Mora Rangel dijo que fue un largo calvario pero que terminó con la firme voluntad de encaminar las cosas. “Todo eso se logra por las decisiones y el compromiso de terminar el sufrimiento que nos ha tocado”, enfatizó.

Factores de inestabilidad

En cuatro, el general Jorge Mora Ranger dividió los factores de inestabilidad que azotaron a Colombia por décadas: las guerrillas (cuatro en total), los paramilitares que conformaron la autodefensa, el narcotráfico (cártel de Medellín y Colombia) y los delitos comunes.

Estrategia

No era un guerra convencional. Era una guerra irregular. las Fuerzas Armadas y la policía tuvieron que adaptarse para acomodarse al conflicto. Así el Ejército creó el grupo contra el secuestro y unidades contra el narcotráfico. Era una nueva versión de los militares que tuvieron que cambiar de estrategia.

Sin inteligencia no se tiene nada

Un punto clave en el combate a las guerrillas es la inteligencia. “Si no hay inteligencia no estamos en nada”, afirmó el general (r) Jorge Mora Rangel.

Refirió que esa inteligencia debe ser humana y que luego está la tecnología. “Si yo no conozco dónde está el enemigo, no conozco sus armas, no los escucho, estoy con los ojos vendados”, significó.

“Las Fuerzas Militares y la Policía Nacional son dos instituciones que deben coincidir”, afirmó. “Se necesitan, deben ser amigos, lo más importante es el país”, dijo asimismo.

Refirió que en Colombia a la cabeza está el presidente y luego el ministro de Defensa pero que fundamentalmente el comandante de las Fuerzas Armadas y el de la Policía conversan diariamente. “La relación no es fácil, pero por encima está el país”, subrayó.

“Soldados y policías tienen que estar en el alma de la sociedad”. Agregó que se debe contar con la confianza de la ciudadanía. “Sin esta legitimidad, la victoria no es posible”.

También se refirió a que a los campesinos se los tiene que atender en sus necesidades, de lo contrario se los obliga a emigrar a la capital y pasan a formar parte de los cinturones de pobreza.

Narcotráfico, las autodefensas y la delincuencia común

El narcotráfico, los paramilitares y la delincuencia común fueron otros azotes que vivieron los colombianos.

“El narcotráfico es lo peor que puede pasar a la sociedad, compra conciencias y destruye culturas”, explicó el general Jorge Mora Rangel.

Agregó que comenzó con la marihuana, pero que luego aprovechando las extensas costas colombianas emergió la cocaína.

El narcotráfico estaba representado por los cárteles de Medellín que se traducía en el terrorismo y el de Cali, que se basaba en la corrupción a las autoridades.

“Querían llegar al poder, pero la sociedad, el Gobierno y sus instituciones decidieron destruirlos y la mayoría de ellos fueron extraditados a Estados Unidos”.

Señaló que el problema del narcotráfico fue el que instauró en Colombia la cultura del dinero fácil.

Citó a Pablo Escobar, como jefe del cártel de Medellín, que fue abatido por las fuerzas de Colombia.

“Nosotros decíamos esto no es un problema nuestro, es de los Estados Unidos que compra la droga, pero luego nos dimos cuenta de que teníamos un problema grave de consumo interno, el problema son los niños”, enfatizó.

Paramilitares

En 1981, dijo, aparecieron los paramilitares ante la ausencia del Estado y la acción de la guerrilla.

“Necesitaban proteger los cultivos de la droga, entonces nos surgió un problema. ¡Eran fuerzas criminales peor que las guerrillas!. Fueron los máximos violadores de los derechos humanos”.

Refirió que en el año 2000 se unieron los paramilitares bajo la denominación de autodefensas.

Eran unos 30.000 aproximadamente.

Pidieron que el Gobierno los reconozca, pero recibieron la negativa, por lo que no tuvieron otra opción que someterse a la justicia y entregar unas 20.000 armas.

Delincuencia común

Es otro de los problemas que afronta en la actualidad Colombia, así como ocurre en otros países. “hay un clamor para combatir la delincuencia común”, aseguró.

Siguió diciendo, en un contexto general: “El problema no es de las amenazas, es de la decisión de combatir las amenazas”, las instituciones tienen que demostrar la decisión de combatir las amenazas”.

ocaceres@abc.com.py

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