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La investigación de la causa dirigida por la fiscala Fátima Britos apuntaba a la tarde del 25 de julio de 2001. La abogada y ayudante de cátedra en la Facultad de Filosofía (UNA) Silvia Liliana Alvarenga Capurro y el pintor de cuadros Isidro Alberto Paredes Ortiz protagonizaron una fuerte discusión por motivos aparentemente pasionales, y, cerca de las 14:00, el artista puso fin a la vida de su pareja.
Conforme a la pesquisa, en un momento de la gresca el artista, fuera de sí, tomó una “pata de cabra” que tenía a su alcance y con la herramienta de hierro aplicó varios letales golpes en la cabeza de la mujer, sin hacer caso de los constantes pedidos de auxilio de la víctima.
El crimen fue perpetrado en una vivienda situada en Del Carmen 2235 casi Madrinas de la Guerra del Chaco, en el barrio San Vicente de Asunción.
Huida al Brasil y regreso a Paraguay
Después de consumar el asesinato de su novia “Chris Chippendale” huyó al Brasil y se mantuvo prófugo por cinco años, después de que el entonces fiscal del Crimen Andrés Casati emitiera una orden de captura por el asesinato de la abogada. También informó del pedido de detención al departamento de Interpol para que comunique a los países fronterizos.
Paredes Ortiz permaneció oculto en el país vecino sin dar señales de su paradero, hasta febrero de 2006 cuando retornó al Paraguay. Para eludir a las autoridades usó una cédula de identidad con numeración 1.438.584, que en realidad le pertenece a César Eusebio González Fernández, aunque tenía su fotografía. El verdadero número de su documento de identidad es el 685.394.
“Chris Chippendale” deambuló por el país con su documentación falsa hasta el domingo 6 de agosto de 2006, fecha en que fue capturado a las 22:00 por agentes policiales de Defraudación y Estafa de Investigación de Delitos que lo interceptaron en la esquina de 35 Proyectada y Japón de la capital.
La actitud sospechosa de Paredes condujo a los uniformados a arrestarlo, pero, después de dar con su verdadera identidad y constatar que pesaba sobre él una orden de captura por el crimen de su pareja, quedó a cargo de agentes de Homicidios.
Además de la cédula de identidad falsa que tenía se incautaron de su poder un revólver 38 mm. marca Rossi cargado con seis balas, varias tarjetas de crédito aparentemente falsas, un manojo de llaves, un recibo y un juego de cartas de tarot.
Dos días después el juez penal de Garantías Hugo Sosa Pasmor ordenó su inmediata remisión a la penitenciaría de Tacumbú, mientras se iniciaban las diligencias correspondientes para la realización del juicio oral por el asesinato de su novia.
Juicio y condena
El juicio oral por homicidio contra el pintor de cuadros se realizó el 11 de diciembre de 2007 en el Juzgado de San Lorenzo, con la presentación de pruebas testificales y documentales. Integraron en esa ocasión el Tribunal de Sentencia los jueces Lourdes Cardozo (presidenta), Leticia de Gásperi y Gustavo Santander.
Tanto para la fiscala Fátima Britos como para los abogados querellantes, Noel Riveros y Osvaldo Granada, la declaración de los testigos fue contundente para determinar el grado de culpabilidad de Paredes Ortiz en el crimen, apuntando a los celos como posible causa.
“Se determinó que momentos antes del asesinato el acusado había buscado a la víctima de su casa y prácticamente 40 minutos después ella aparece pidiendo auxilio en el departamento. Una vecina ha declarado que lo vio alejarse del lugar del crimen’’, afirmó Granada durante el juicio.
Al día siguiente “Chris Chippendale” fue condenado a 23 años de cárcel por el crimen de su pareja. Actualmente cumple la pena en la penitenciaría de Tacumbú y será compurgada el 1 de agosto de 2029.