Narcos producen cocaína paraguaya en sus laboratorios

A través de largos años el Paraguay fue reconocido por ser un país netamente productor de marihuana y de tránsito de cocaína, en la región de América del Sur. La falta de controles hizo que muchas avionetas provenientes desde Bolivia por lo general llegaran a territorio paraguayo cargado con grandes cantidades de cocaína. Sin embargo, cuando se endurecieron las vigilancias los narcos cambiaron su accionar y comenzaron a montar grandes laboratorios, para producir clorhidrato de cocaína en territorio nacional, de esa manera se ahorraban tener que traer la droga desde otros países.

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El tráfico de cocaína es más rentable que el de la marihuana. En un envío del polvo blanco los traficantes ganan tres hasta cuatro veces más de lo que podrían obtener con una carga de marihuana. Colombia es un gran productor de clorhidrato de cocaína y “exporta” esa mercancía hacia varios puntos. Paraguay nunca fue un gran comprador de ese estupefaciente, pero los pocos controles de las autoridades hacía que el cielo guaraní sea la ruta más apetitosa para los narcotraficantes, quienes enviaban “narcoavionetas” cargadas de cocaína al Brasil a través de Paraguay.

Sin embargo, los controles comenzaron a ser intensificados por las fuerzas antidrogas y muchas naves fueron requisadas y los carteles de la droga tuvieron significativas pérdidas económicas que no estaban en sus planes. El ingenio maligno de los traficantes siempre está innovando sistemas para burlar a las autoridades y entonces se comenzó a cambiar la estrategia de traer la mercancía de otros países, para ir produciendo la cocaína en Paraguay.

Primero se hicieron pequeños y hasta improvisados laboratorios a modo de prueba, para tener una idea de si producir la droga en Paraguay y luego sacarla acortando la distancia y riesgos de los vuelos, iba ser rentable. Al parecer la respuesta fue positiva y se comenzaron a armar más y más lugares de producción. Cada vez más grandes y modernos, para dar abasto a la demanda internacional.

Los primeros laboratorios descubiertos por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) se dieron en el 2012; como era de esperarse los sitios elegidos por los carteles fueron las zonas fronterizas donde se elabora la droga y prontamente es sacada en camiones o avionetas.

De esta manera el Paraguay ya dejaba de ser un simple exportador de marihuana, ahora también ingresaba a un mercado más poderoso y que mueve más millones como es el de la cocaína. Si bien la marihuana paraguaya tiene un elevado costo en el mercado internacional, el polvo blanco le supera y a eso apuntan las grandes estructuras narcos.

El negocio de producir y exportar estupefacientes en grandes cantidades ya era una idea hecha realidad por las estructuras mafiosas de la droga en Paraguay.

Desde los primeros hallazgos de improvisados laboratorios, pasando hasta los más grandes y modernos se pudo notar que los narcotraficantes apuntaban siempre al endeble sistema de seguridad para ir procesando la mercancía y sacarla del país de diferentes maneras.

Las grandes extensiones de frontera seca que se tiene y que no pueden ser controladas es un gran aliado que tienen los carteles de la droga, a esto se suma la gran corrupción que existe y que se doblega ante el dinero de la mafia.

Sin embargo, pese a que existen muchos laboratorios clandestinos trabajando a tiempo completo los “narcovuelos” no paran, se siguen enviando importantes cargas de cocaína en avionetas que aterrizan en pistas clandestinas en las principales cabeceras departamentales y solo en algunos casos son detectados.

La droga corre por tierra y por aire

Gran parte de la droga que pasa por el Paraguay no es detectada ya que las estructuras del narcotráfico cuentan con una organización que supera a los endebles controles que se tienen por tierra y aire. Las rutas no pueden ser controladas permanentemente por las fuerzas antidrogas y los narcos tienen muchas formas de transportar sus cargas para no ser detectadas.

Por aire la cuestión se vuelve más complicada aun ya que la falta de radares y aviones que puedan dar alcance a las “narcoavionetas” hace casi imposible detectar estos vuelos clandestinos. Otro punto en contra es que existe tanto dinero dentro de las estructuras del narcotráfico que corrompen a autoridades y particulares.

En las estancias que se encuentran en las fronteras generalmente existen pistas clandestinas que son donde bajan la avionetas cargadas con cocaína. No siempre los dueños de estos establecimientos están enterados de los manejos torcidos de sus empleados.

La instalación de laboratorios de producción de cocaína es solo una arista más para combatir, el tráfico a gran escala se sigue dando por todos los medios. La droga sigue viniendo por Bolivia, entrando a territorio paraguayo y vuelta a salir hacia el Brasil.

Hasta que no se instalen controles más estrictos en la frontera y no se dote de radares a la Aviación, las vías que los traficantes trazaron en el mapa paraguayo hará que este país siga siendo la ruta de tránsito más utilizada por los carteles de la mafia del narcotráfico. Si bien las fuerzas antidrogas tienen desplegados a sus agentes, la cantidad de los mismos no es suficiente.

victor.franco@abc.com.py

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