Secuelas de un ataque de “barrabravas”

La tarde del domingo 27 de marzo de 2011 quedó perturbada cuando una bala disparada por un “barrabrava” del club Cerro Porteño dio en la cabeza de Gabriel Elías Franco Giménez, quien iba camino al estadio Defensores del Chaco. La Policía capturó a los responsables y la Justicia los condenó, pero la herida dejó graves secuelas en el adolescente.

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Gabriel Elías Franco Giménez, hijo de Eliseo Franco Paredes y Magdalena Giménez, salió de su casa en Lambaré la tarde del domingo 27 de marzo de 2011, camino al estadio “Defensores del Chaco” para presenciar el partido de su querido club Olimpia con el 3 de Febrero de Ciudad del Este, válido por el torneo Apertura de ese año. Contaba en ese entonces con 16 años.

En plena tarde, cuando faltaba algunas cuadras para llegar al estadio se bajó del ómnibus que lo trajo desde su barrio y continuó el trayecto a pie. Fue entonces que fue interceptado por dos desconocidos que iban en una motocicleta y uno de ellos desde una distancia apreciable le apuntó con un arma de fuego para después efectuar un tiro que impactó en la cabeza del menor.

Tras consumar el ataque, los motociclistas se dieron a la fuga, mientras los testigos clamaban a gritos que la presencia de paramédicos para auxiliar al herido.

Internación y recuperación 

El joven baleado fue trasladado en ambulancia al Centro de Emergencias Médicas (hoy Hospital del Trauma), donde se le sometió a una urgente intervención quirúrgica para la extracción de la bala, mientras era asistido por un tubo respirador.

Al principio, el pronóstico de su salud era reservado, pero con el transcurrir de los días y gracias a la atención del equipo médico que lo atendió, comenzó a dar señales de recuperación, como, por ejemplo, al mover con mayor fuerza sus extremidades y parpadear. Posteriormente, se le quitó el respirador pero su salud volvió a complicarse cuando contrajo neumonía, producto de un virus intrahospitalario.

A pesar del riesgo que pudo significar la enfermedad, Gabriel se recuperó y comenzó a responder positivamente a los estímulos de la fisioterapia, pudiendo así movilizar una parte de su cuerpo.

Franco permaneció internado en Emergencias Médicas hasta su recuperación total y fue dado de alta el 21 de abril. Durante el tiempo en que estuvo en el nosocomio, tanto él como sus familiares recibieron la adhesión y expresiones de solidaridad de la gente. Incluso, un delegación del Olimpia compuesta por futbolistas y directivos acudió a visitarlo y también a interiorizarse de la evolución de su salud.

Captura de atacantes y fuertes condenas 

La Policía Nacional y la fiscalía iniciaron una investigación hasta capturar a los presuntos responsables. Estos fueron individualizados a través de una filmación de circuito cerrado, que captó el momento de la huida en motocicleta y resultaron ser dos integrantes de la “barrabrava” azulgrana denominada “La Plaza”.

Se trataba de Víctor Antonio Arzamendia Alderete, alias “Aka Pytá”, y Carlos María Samaniego, alias “Caballito”. Este último era el conductor de la motocicleta y se entregó a la Policía el 30 de marzo, mientras que el segundo cayó el 1 de abril en jurisdicción de Sanguina Cue, departamento de San Pedro.

Una vez capturados, ambos pasaron a guardar reclusión en la cárcel de Tacumbú y el 8 de octubre de 2013 se inició el juicio oral y público contra ello, tras la presentación de la acusación de parte del Ministerio Público.

El 14 de noviembre de ese mismo año, el Tribunal de Sentencia integrado por los jueces María Esther Fleitas, Héctor Capurro y Juan Carlos Zárate condenó a Víctor Antonio Arzamendia Alderete a 16 años de prisión, mientras que Carlos María Samaniego recibió una pena de 15 años. Fue tras demostrarse durante el juicio que el primero fue el autor del disparo y el segundo actuó en complicidad, al conducir la motocicleta en que ambos se desplazaban.

Gabriel Elías Franco Giménez, por su parte, tardó más de dos años en reintegrarse a su vida normal y ponerse al día en sus estudios en el colegio “Facundo Insfrán”, debido a las lesiones cerebrales ocasionadas por la herida de bala. Finalmente, pudo terminar la secundaria.

cazenave@abc.com.py

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