Espíritu nativo

Anahí Sist (38) es una artista paraguaya con trayectoria y profundo interés hacia la cultura indígena. Respetuosa y partícipe de la cosmovisión de estos pueblos, prepara, entre otras creaciones, una obra didáctica basada en la espiritualidad.

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Regresó con su familia hace ya una década de Estados Unidos. Agradecida, destaca que la experiencia de vida en el país del Norte fue extraordinaria. “Vivía en Winter Park, un pueblito en las afueras de Orlando. Era un lugar hermoso; veía águilas, ardillas, patos y cisnes andar libremente. Allá tuve contacto con maestros de ascendencia cherokee, quienes me enseñaron, por ejemplo, cómo guiar los temascales (ceremonia ancestral de purificación). Un día al mes, se reúne un grupo de personas, en su mayoría blancas, practicantes de la cultura nativa: rezar juntos, tocar los tambores y flautas, compartir la comida. Se abre un espacio para honrar la tierra, los elementales, reconocernos como hermanos y sanar juntos”, relata Anahí. La pintora y escultora se acercó a la cultura indígena hace unos 15 años, cuando –por motivos vinculados con su tesis– efectuó un estudio de campo en una comunidad nativa llamada Santa Teresita. Primero visitó el Arete guasu (fiesta cultural guaraní; encuentro de los vivos con los muertos). “Quedé encantada. Bailamos descalzos bajo las estrellas. Bailamos en ronda tomados de las manos. Sentía la energía correr por todo el cuerpo, la conexión con la tierra y el corazón latir con el tambor”. Durante tres años viajó regularmente a Santa Teresita, donde se entrevistaba con los líderes espirituales. Desde la perspectiva de Anahí, la espiritualidad indígena es un camino lleno de humildad, fraternidad y respeto. “Lo que más me gusta son las ceremonias sagradas y la cohesión social. Una de mis preferidas es el Mitakarai, de los ava guaraní, porque todos tienen un lugar propio. Los hombres con sus maracas, las mujeres con sus tacuaras y los niños bailando. Pocas veces se ve en ceremonias religiosas que los niños se diviertan tanto. Cuando estás ahí con ellos, realmente parece que estás en ‘la tierra sin mal’”. Durante la ceremonia, la bautizaron Kuña jera (mujer despierta). “Che maina ha’e Marta Portillo, comunidad Fortuna”, agrega orgullosa. Anahí dice haber descubierto que es posible rezar con las palabras del corazón y no necesariamente con rezos establecidos. “Me di cuenta de que la mayor obra de arte es la vida misma. Con mis pensamientos, palabras y acciones voy creando mi vida. Mi verdadero trabajo está en desarrollar las virtudes de mi espíritu, a través de la autoexaminación de mi corazón”. Tras regresar de Estados Unidos continuó aprendiendo y compartiendo. Junto con unos amigos creó el centro cultural Tatarendá, donde recientemente se dictó un seminario sobre la rueda de la medicina indígena, y el abuelo Ramón Zeballos estuvo enseñando sus cantos sagrados.

La artista explica que, pese a cuanto sufren las comunidades indígenas, su gente mantiene la espiritualidad y la manifiesta en las ceremonias. Crítica, expresa: “Nosotros estudiamos las causas de la Revolución francesa, pero no entendemos el valor de un canto guaraní. Tenemos una cultura materialista que desprecia, que no ve la riqueza del espíritu. Nosotros estamos destruyendo la naturaleza; ellos la respetan, viven en armonía con todos los seres, y tienen una receta universal para elevar el espíritu: cantar”.

ANIMALES MAESTROS

En su taller, Anahí trabaja pintando sobre lienzo, con acrílico, unos coloridos animales del Paraguay. Cuenta que son como mandalas. Ya terminados, se escanean y pasan a la imprenta para crear naipes. Son como 40 minicuadros. “Es un proyecto que realizo desde hace meses y aún no pienso en el lanzamiento. No hay prisa, va fluyendo. Los naipes serán parte de un juego en el aprendés sobre tu presente, pasado y futuro, a medida que los quitás, ya que todos llevan un mensaje. Me baso en una cosmovisión de unos nativos de Norteamérica, que consideraba el aspecto y la conducta de los animales, y cuál es su enseñanza para nosotros”.

Texto lperalta@abc.com.py

Fotos Gustavo Báez, Archivo ABC Color

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