Inspiración juvenil

El renombrado pintor español Pablo Picasso, en una oportunidad, dijo: “La inspiración existe, pero debe encontrarnos trabajando”. Podríamos decir que gran parte del trabajo creativo, tan entusiasta y comprometido, de Fiorella Saccarello (27) es una manifestación de esa premisa.

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Desde que emprendió su carrera como coreógrafa, muchos desafíos sirvieron para posicionarla en el ámbito de la danza, ya que creó secuencias de baile que, mediante su ingenio y disciplina, va afianzando. Hizo su primera incursión profesional con los alumnos del colegio Cristo Rey, en un intercolegial de danza en el 2007. Un debut más que exitoso, ya que gracias a su coreografía, los chicos obtuvieron el primer lugar. Esta suerte se viene repitiendo desde entonces, logrando merecidos reconocimientos para ella y los colegios San Ignacio de Loyola, Santa Ana y ASA (American School of Asuncion), entre otros. Con una calidez contagiante, aborda aspectos de su labor y resalta la importancia de los espacios culturales, en los que el arte se conjuga con el espíritu juvenil, fomentando conciencia social y, por supuesto, agradables espacios de esparcimiento.

¿Cómo iniciaste tu camino en la danza? Fue a los dos años. Era muy activa y bailaba todo el día, por lo que mi mamá, Gilda Castillo, decidió inscribirme en la escuela de danza Ana Cristina. Según ella, ya bailaba desde que estaba en su panza. Hice la primera coreografía estando en sexto grado, cuando con mis compañeras danzamos en un concurso del Colegio Experimental Paraguay-Brasil. Antes de hacerlo profesionalmente, lo hacía para mis amigas o parientes. Con el tiempo, le tomé gran cariño y decidí dedicarme a ello.

Aparte de esto, ¿te dedicás a otras cosas? Tengo muchas actividades. Por la mañana, bien temprano, voy al gimnasio y, después, a la facultad; estoy en cuarto año de la carrera Diseño de Interiores, en la Universidad Politécnica y Artística. Al mediodía tomo clases de inglés, por la tarde enseño en los colegios y en la academia de Marisol Pecci doy clases de jazz y, finalmente, por la noche tomo clases de clásico y jazz con Luis Calderini.

¿Cuáles son los géneros musicales con los cuales tenés mayor afinidad? Depende. Al enseñar utilizo músicas que marquen bien el ritmo para que resulte fácil contar los tiempos de cada paso. Para los colegios, prefiero músicas muy movidas, pero depende mucho del tema de la coreografía. Para bailar, me agradan las piezas lentas y los musicales de Broadway.

¿Cuáles son los aspectos que observás al momento de montar una coreografía con chicos, quizá, sin mucha preparación en danza? A veces resulta un poco difícil, pero busco el potencial que tienen como grupo, aspectos que les hagan resaltar, como saltos, fuerza o carisma y, luego, les exijo aún más. No veo las limitaciones que puedan tener, sino el potencial y lo exploto al máximo.

¿Cuál es la dinámica que empleás para el montaje de las coreografías, entrenamientos previos, selección de la pista musical, vestuario y utilería, entre otros? Durante las vacaciones creo carpetas en la compu, con músicas, vestuario, ideas para la coreo; después veo qué tema va mejor con cada grupo y empiezo a crear. De esa manera, me resulta más fácil, práctico y ordenado. Siempre me preparo, incluso antes de que me llamen, así no me gana el tiempo. También tengo un bloc de notas, en el que apunto cualquier tipo de detalle que me sirva para complementar una coreografía.

¿Cuál fue el desafío más grande que hayas afrontado en tu carrera como coreógrafa? Lastimosamente, vivimos en un país en el que el arte no es valorado como se debe. Existen muchas trabas, como personas que piensan y dicen que no es un trabajo de verdad. "Ella es bailarina y coreógrafa nomás. Cualquiera puede hacer eso; es poner unos pasitos y listo”. No saben todo el sacrificio, tiempo, dedicación, estudio, inversión y, sobre todo, respeto y amor que una pone en cada trabajo realizado; además de actuar de mamá, hermana mayor y psicóloga muchas veces para los alumnos. Aprendí a mirar siempre hacia adelante y a buscarle el lado positivo a los obstáculos. Estoy orgullosa de lo que hago y no elegiría otra forma de vida, porque esto es lo que me hace feliz y por eso me considero exitosa.

¿De qué partís para crear el concepto coreográfico? ¿Los chicos vienen con algo preciso o es inspiración pura? Una siempre tiene que saber escuchar, mirar y absorber ideas, dando el toque que te define. Siempre estoy atenta a todo; también a lo que los chicos sugieren.

¿Qué diferencias o similitudes notás en los intercolegiales de danza con los espectáculos propios de la disciplina? Los intercolegiales son competencias, mientras que las puestas son expresiones artísticas de una forma de vida. En estas hay más horas de ensayo, más compromiso y corazón. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, me doy cuenta de que las competencias de baile en los colegios son tomadas cada vez con mayor seriedad. Los alumnos pasan más horas ensayando; veo mucha responsabilidad y, sobre todo, cada vez más ganas y amor a lo que están haciendo.

De tu experiencia enseñando, ¿cuáles son los rasgos positivos destacables en estas actividades estudiantiles? Primero que nada, el espacio que le dan al arte. Cada vez son más las personas interesadas en bailar o ir a mirar espectáculos de danza. También es una excusa para reunirse y compartir entre amigos; crea lazos, experiencias y recuerdos que tendrán presentes toda la vida. Por otro lado, la actividad física desarrollada en estos eventos es muy importante, ya que también les incentiva a alimentarse mejor, mantenerse activos, en lugar de quedarse en sus casas a ver la tele, por ejemplo. Además, estos espacios sirven para expresarse y olvidarse de cualquier problema. Disfruto mucho compartiendo con los alumnos; a algunos los conozco poco, pero a otros los vi crecer.

Enfocada en el privilegio de enseñar, Fiorella se abre camino con cualidades sensibles, conjugadas con la disciplina requerida para el arte y una buena energía que renueva constantemente. “La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso canta, ríe, baila, llora y vive intensamente cada momento, antes de que el telón baje y la obra termine sin aplausos”. (Charles Chaplin).

Intercolegiales culturales

Si bien el auge de los intercolegiales concentra en las competencias deportivas, los eventos de este tipo se vuelcan con creciente frecuencia y concurrencia a las expresiones artísticas como el canto y la danza. Pocos colegios tienen la posibilidad de celebrar un intercolegial deportivo y otro cultural. A veces, son los alumnos quienes asumen la organización. En los últimos 15 años, los intercolegiales culturales han ganado un espacio en la agenda estudiantil. Numerosos artistas surgieron concursando –cantando o bailando– en representación de sus centros educativos. Sucedió con Jenny Hicks y Miguel Narváez, ambos vocalistas de Purahei Soul; como también con la intérprete Jenni Ortiz, entre otros solistas y agrupaciones. Lazos de amistad y compañerismo se forjan en un ámbito que potencia las cualidades de los estudiantes y los hacen partícipes de gratas experiencias culturales.

Fiorella Saccarello

Creativa bailarina y destacada coreógrafa en los más importantes intercolegiales de danza. Nos comenta sobre los desafíos y alegrías de compartir su talento con jóvenes estudiantes, a quienes busca contagiar siempre su entusiasmo por el arte.

Peinó Néstor Bogado || Maquilló Sandra Cabañas, ambos para Dino Quick Service.

carlos.canete@abc.com.py

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