Liderazgo de a dos

Patricia es argentina, posee amplia experiencia como docente de ética empresarial, y conciliación entre familia y empresa. Es decir, apunta a la armonía entre estos dos mundos, para lograr –por ejemplo– la flexibilidad, políticas de servicios para el cuidado de hijos pequeños y ancianos, adaptación del puesto de trabajo, entre otros derechos. La profesional viaja asiduamente a EE.UU., Europa y Latinoamérica para brindar sus sólidos conocimientos. Durante más de 10 años fue profesora titular en la Universidad Argentina de la Empresa, donde se encargó de las materias: ética, responsabilidad social y desarrollo sustentable, en las maestrías de la Escuela de Dirección de Empresas. Desde el centro de investigación en el que presta sus servicios, ayuda a las empresas a acompañar las demandas de conciliación de trabajo y familia de los colaboradores, poniendo especial énfasis en las madres. Este año lanzó el libro Varón + Mujer = Complementariedad. “Es un libro de difusión entre hombres y mujeres que quieran entender la riqueza de la complementariedad, y cómo sacarle partido en el mundo laboral y en el ámbito familiar”, dice.

¿Su libro busca armonizar la competencia que existe entre el hombre y la mujer? Por mi experiencia como académica, trabajando con las empresas, fui viendo el impacto que supone para el mundo laboral y para las familias la incorporación creciente de la mujer al trabajo. Este fenómeno, que se ha acelerado en los últimos años —gracias a que la mujer accedió a mejores niveles de educación—, revolucionó un mundo del trabajo pensado y diseñado por y para hombres. Estamos rompiendo un paradigma en el cual el hombre salía a trabajar y la mujer se quedaba en casa cuidando de los hijos, hacia el paradigma de la complementariedad en la que tanto el varón como la mujer se plantean un desarrollo profesional de la mano de la dedicación a su familia.

Hoy se fomenta, principalmente a las mujeres, que elijan profesiones no tradicionales a su género. ¿Cómo altera esto los roles familiares? La persona humana es limitada, por eso es difícil afirmar que siempre y en todos los campos puede hacer lo que quiere. Pero sí puede ser lo que quiere ser porque cada uno, a partir de sus decisiones libres, elige ni más ni menos qué tipo de persona quiere ser. Cada uno puede escoger entre quedarse más tiempo trabajando o cumplir su horario porque sabe que su familia lo está esperando, consciente de que necesita de él, tiempo y dedicación.

Existen mujeres que asumen la forma masculina de liderar. Algunas mujeres, a la hora de sumarse a trabajar con varones, tomaron la estrategia de imitar el estilo del varón y, en ese caso, salieron perdiendo ambos. Por otro lado, algunos varones a veces se han visto amenazados ante la presencia de la mujer y por eso mismo han surgido resistencias tanto de un lado como del otro. Mi apuesta al explicar estos temas es hacerles descubrir a ambos la riqueza que encierra la diversidad, porque somos diferentes pero a la vez complementarios.

¿Cuáles son las consecuencias que sufren los hijos pequeños cuando su mamá decide realizarse profesionalmente? Las madres que trabajan fuera de casa están educando una generación diferente de hijos: los están haciendo más independientes, con márgenes de autonomía distintos. Dependerá de la edad de los hijos para identificar consecuencias negativas. Lo importante será siempre que la madre esté cuando sus hijos la necesiten y, por supuesto, mucho más cuando son bebés y le demandan más atención. Todo el tiempo que pueda dedicarles será siempre su prioridad y mejor inversión. El problema surge cuando una madre que quisiera estar más tiempo no puede porque necesita salir a trabajar. Es ahí donde suele surgir el sentimiento de culpa.

¿Cómo se lidera al modo femenino? En el libro se busca resaltar las potencialidades de la mujer, hacerlas conscientes de ello y de mostrar a los varones la relevancia que conlleva el modo de actuar, sentir y percibir propios de la condición femenina, y que también los varones puedan descubrir en el trabajo junto a ellas. Se trata de la preocupación por las personas, esa cercanía para ejercer el liderazgo, esa capacidad de trabajar en equipo buscando el consenso y no tanto la imposición de una autoridad, el saber contagiar entusiasmo por la tarea, reconocer y celebrar los logros.

A la hora de buscar empleo, ser mamá o poder serlo todavía es una desventaja. Todavía abundan prejuicios respecto a contratar mujeres por su potencialidad de ser madres antes de calibrar su verdadero talento y capacidad. Pero las empresas están descubriendo que después de la maternidad la mujer vuelve enriquecida al mundo laboral. Por eso, están implementando diversas prácticas para facilitarles esa etapa de sus vidas, por ejemplo, una vez terminada la licencia legal, el regreso progresivo, la instalación de lactarios o los programas de mentoreo.

¿Qué lugar considera que ocupa el hombre actualmente? Indudablemente, la salida de la mujer al mundo público replantea el rol del varón no solo en el trabajo, sino también en su casa y esto lo impulsa a descubrir que para él también el hogar es un ámbito de desarrollo personal. Arrastramos una larga tradición de estereotipos que es preciso erradicar. No encasillar a las personas ni ponerle etiquetas será fundamental para el logro del respeto por la diversidad y, sobre todo, para aprovechar las competencias de todos.

¿Enriquecemos o derribamos lo que aprendimos en nuestras familias? Es precisamente la experiencia de ir derribando viejas creencias y prejuicios lo que va dejando su marca en esta historia escrita por hombres y mujeres. No se trata de facilitar las cosas a las mujeres. Los hombres tienen que entender que si ellas no están dispuestas a renunciar a uno de los dos ámbitos (familiar y profesional) es porque en ambos se enriquecen. Esto, a su vez, replantea cómo debería ser el aporte del varón a las necesidades familiares y en qué medida está él preparado para hacer frente a los nuevos desafíos que se presentan. Es necesario que tanto el varón como la mujer consideren las responsabilidades del hogar y el cuidado de los hijos como algo propio.

¿Cómo define lo esencial de su libro? Pensar que la mujer debe parecerse al hombre para lograr el éxito sería ir en la dirección equivocada. No es posible tener éxito imitando el estilo de otro. Cada uno tiene su propio camino, ni mejor ni peor que el otro. La clave está en descubrir la riqueza de recorrerlo juntos. Dice un viejo proverbio africano: “Si quieres llegar rápido, anda solo; si quieres llegar lejos, ¡vamos juntos!”. Estas sabias palabras sintetizan el espíritu del libro y constituyen una invitación dirigida a hombres y mujeres.

Para Patricia Debeljuh, el hombre y la mujer se perfeccionan uno al otro; esa es la base de la complementariedad: el mundo familiar y laboral es de los dos. El tiempo ha cambiado y cada vez se valora más la colaboración antes que la competividad.

Conciliadora

Títulos atractivos forman parte de la producción de Patricia Debeljuh respecto a la ética y nuevos liderazgos: “Ética empresarial” (2009), “La conquista de las virtudes de la empresa” (2004) o “El desafío de la ética” (2003). También tiene libros escritos en colaboración con otros autores. Patricia es directora de la consultora Más Valores (gestión de valores, responsabilidad social empresarial y conciliación trabajo-familia) y ha acompañado procesos de la acreditación IFREI en Argentina y Centroamérica. Su último libro se presentó este año en Bs. As. y otras ciudades argentinas. La temática de la complementariedad hombre más mujer fue también muy bien recibida en varios países latinoamericanos.

Texto lperalta@abc.com.py