Volar con el corazón

“No voy a predecir la historia, pero nada es imposible”, había expresado una vez Michael Phelps, nadador estadounidense y el deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos. Con 37 años, una separación dolorosa y una hija a quien criar en solitario, Karina Alejandra Molinas Ríos es el reflejo vivo de lo posible y de la negación a bajar los brazos.

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Contadora pública en ejercicio, su vida cambió hace unos 10 años, cuando el ejemplo de su padre la motivó a iniciarse en un deporte –por aquel tiempo– poco practicado en el Paraguay. Su primera maratón en Asunción la recuerda como muy sufrida; sin embargo, ese mal trago fue lo que finalmente despertó en ella el deseo de mejorar y crecer como atleta. 

Hoy, tras un sinfín de carreras en el Paraguay y el extranjero, en las que siempre se destacó como competidora, se alista para cruzar el arco de meta de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo: el Spartathlon, una carrera de 36 h y 246 km que se inicia en Atenas y finaliza en Esparta. Su clasificación se da tras una serie de marcas alcanzadas en Argentina y Brasil, donde –además de lograr el objetivo de sumar los kilómetros requeridos para soñar con viajar a Grecia– sobresalió y subió al podio en cada competición.

¿Cómo se inicia tu interés por correr?

Empecé oficialmente en el 2009, luego de ver cómo mi papá, Enrique, se destacaba como el corredor de la familia. Llegó el momento en el que me animé y participé de mi primera competencia de ruta, para posteriormente, formar parte de un grupo de corredores y buscar desde ese entonces un desafío más alto. No soy atleta desde que tengo memoria, como muchos otros; simplemente, me animé y comencé, primero caminando y, después, trotando, para llegar a correr a nivel profesional.

¿En qué momento llevás el deporte al plano profesional?

Fue en el 2013, al iniciar un entrenamiento formal con el Paraguay Marathon Club. Antes salía a correr sola y llevaba un entrenamiento sin certificación de un profesional. Tras lograr un entrenamiento más adecuado, corrí mi primera maratón en Asunción, que me costó finalizar unas seis horas. Ya contaba con un perfil más acorde, pero seguía corriendo sin una meta, solo por pasatiempo. Pero en ese momento me di cuenta de que si quería realmente hacer distancias más largas, necesitaría de entrenamiento más especial y disciplinado.

Además de pista, hacés trail running...

Sí, al poco tiempo de iniciarme en pista, también comencé a correr trail running, alternando carreras en ambos deportes. En ese tiempo se dio mi primera participación en una ultratrail y logré terminar en segundo lugar en las generales, luego de 28 h de competencia. De esa experiencia nació justamente el ultra, ya que, al poco tiempo, tuve la posibilidad de ser parte de una ultramaratón de 12 h en pista, organizada por la Secretaría Nacional de Deportes, y en la que conocí a Fabián Duarte, ultramaratonista de Formosa, Argentina. Fue él quien me mostró lo que es el Spartathlon y forjó en mí la intención de participar.

¿Cómo se da ese paso?

Tras una competencia en el vecino país, Fabián nos invitó a su casa y nos mostró los trofeos que había obtenido en ultramarotones de 24 o 48 h, así como premios logrados en el Spartathlon, una carrera de 36 h y 246 km, realizada en Grecia, y va desde Atenas hasta Esparta. Él nos contó sobre su participación, así como su deseo de que alguna vez el Paraguay pueda ser parte del evento. Él se ofreció a asesorarme, pero primero debía cumplir con cierta marca exigida por la organización para poder clasificar.

¿En qué momento iniciaste ese proceso de clasificación?

Empecé en el 2016, nuevamente en una carrera de 12 h, en Asunción, para certificar mi condición. Gané esa competencia, realizando 104 km en el tiempo establecido y garantizando que podía salir en busca de esa marca requerida. Ese año inicié la travesía de competir en el exterior, ya que los tiempos realizados en el Paraguay no están certificados por la organización internacional que valida este deporte. Primero participé en San Pedro, Argentina, en una competencia de 24 h desarrollada en un circuito de 950 m y en la que debía completar 170 km. Salí victoriosa de ese desafío, ya que no solo logré la marca, sino también alzarme con el primer lugar tras 172 km. Posteriormente, ya para madurar el cuerpo, me tocó participar en la ultramaratón de 100 km en Formosa, que finalicé en poco más de 11 h y logré el segundo lugar. La siguiente meta fue participar en un evento de 48 h, ya con miras y cada vez más cerca de lograr esas 36 h de duración dispuestas para el Spartathlon. Participé, entonces, en Minas Gerais, Brasil, en una carrera de 260 km y en la que logré nuevamente superar esa meta, sumando así otra marca más. Tras esa prueba superaba, en enero de este año, envié al Spartathlon mis resultados. El listado salió en marzo, confirmándome como una de las participantes.

¿La confirmación de tu participación se dio sin inconvenientes?

Según el reglamento, si un país tiene un solo representante, su ingreso es automático. Sin embargo, si hay varias personas habilitadas, se debe pasar por un sorteo. En este caso, mi inclusión al Spartathlon fue sin inconvenientes, tomando en cuenta que soy la única con la marca requerida. Fuimos seleccionados y estamos confirmados unos 400 atletas.

Te iniciaste en este deporte a una edad madura. ¿Qué te motivó a llegar al nivel en el que te encontrás ahora?

Cuando cuento lo que hago, nadie me cree (risas), me miran con dudas y extrañeza, pero para mí significa algo que fui forjando con mucha disciplina. Siempre disfruté de los desafíos y, tras aquella primera experiencia que realicé sin entrenamiento, nació en mí el deseo de mejorar y crecer. Además, tener el ejemplo de mi padre, quien gracias al deporte cambió gran parte de su vida y dejó el alcohol, siempre fue una razón de motivación. Muchas cosas cambiaron a mi alrededor, pues mi vida nunca fue fácil. Vengo de una separación, tras la cual me quedé sola con mi hija y afronté las situaciones que se me presentaron como pude. Este deporte me enseñó a no victimizarme ni poner peros, porque aunque uno se encuentre en la peor situación, todo se puede; hay que llegar y vencer como sea. Así también, contar con el apoyo de una persona como Fabián, quien está con nosotros desde el momento que nos mostró todo lo relacionado con el Spartathlon, es sumamente estimulante.

¿En qué consiste el entrenamiento que estás realizando a modo de preparación?

El tiempo para entrenar es la parte difícil. Yo no vivo de este deporte y debo trabajar. Soy contadora pública; mi horario es de 8:00 a 18:00, semanalmente; soy mamá y, también, pareja. El entrenamiento debe ser muy disciplinado, hay que sumar kilómetros todos los días, por lo que debo alcanzar entre 94 y 100 km por semana. Para tal fin, hago dos turnos diarios muy variados: por las mañanas, antes de mis actividades laborales, y al finalizar mi trabajo, nuevamente. Asimismo, debo cumplir con un plan de alimentación para lograr un mejor rendimiento.

¿Creés que el Paraguay tiene las condiciones necesarias para organizar eventos similares en el país?

Este deporte ha ido creciendo favorablemente en nuestro país, pero no se puede negar que todavía no ofrecemos una infraestructura similar a otros países. Aquí solo falta unión entre las organizaciones para poder organizar algo realmente grande y llamar aún más la atención de atletas de afuera. Tenemos demasiada belleza natural, así como el terreno propicio para deportes como el ultratrail; es cuestión de aprovechar esa ventaja que tenemos sobre países como Argentina, donde sus corredores deben viajar kilómetros para poder entrenar cuestas o subidas.

Con la cabeza puesta en Grecia desde hace algunos años y luego de alcanzar las metas exigidas para su inclusión, Karina no solo sueña con lograr finalizar una de las pruebas más duras de este deporte, sino, además, posicionar al Paraguay ante el mundo.

Karina Molinas

Contadora pública de profesión, inició su travesía en el deporte en el 2009 y hoy se destaca como una de las mejores corredoras de ultramaratones del país; este hecho la lleva ahora a representar al Paraguay en el Spartathlon, en Grecia.

Spartathlon

Celebrada desde 1983, se realiza para seguir los pasos de Filípedes, un mensajero ateniense enviado a Esparta en el 490 a. C. a buscar ayuda contra los persas en la Batalla de Maratón. Según la historia, llegó a Esparta al día siguiente de su partida, hecho que finalmente fue comprobado en 1982 por la Royal Air Force. Realizado una vez al año cada setiembre, a los pies de la Acrópolis de Atenas, pasa a lo largo de la costa hacia Corinto para llegar a lo alto del monte Partenio y pasar por numerosas ciudades a lo largo de los 246 km del evento.

nadia.cano@abc.com.py

Fotos: Celso Ríos, gentileza

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