Adolescentes sin mariposas en el estómago, pero con patadas de bebé

Enterarte de que una de tus compas está embarazada o ya tiene hijos se torna algo “común” hoy en día. Cambiar las fiestas y los estudios por biberones y chupetes es la realidad de muchas chicas. Cada vez son más los casos de adolescentes que quedan encinta debido al descuido, la falta de información o situaciones que conlleva la pobreza.

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Jugar a ser mamá con una muñeca y radicalmente, en poco tiempo, cargar a un bebé de carne y hueso es la realidad de muchas niñas. Los casos de nenas que quedan embarazadas y, casi siempre, desamparadas por su pareja, amigos e, incluso, familiares van en aumento.

El Ministerio de Salud Pública y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) revelaron los resultados de un estudio sobre fecundidad y maternidad adolescente en el Cono Sur, en el cual nuestro país ocupa el segundo lugar con mayor cantidad de embarazos. Las cifras señalan, además, que el 45 % de las menores no planificó tener hijos.

Según el ministerio, de cada 100 embarazos, 20 son adolescentes que tienen entre 15 a 19 años y una de ellas tiene menos de 14. Este tipo de gestación conlleva más complicaciones, ya que la adolescente no está preparada física ni mentalmente para asumir la responsabilidad.

Esta problemática, en parte, es consecuencia de la pobreza, ya que al no recibir la educación necesaria, las personas de escasos recursos no tienen en cuenta una planificación familiar. La práctica de relaciones sexuales a temprana edad, ya sea por querer experimentar o presión del novio, y la falta de concientización son razones que causan el embarazo precoz.

Son muchos los casos de chicas que, por cumplir el rol de madres, deben dejar de lado sus estudios y, por ende, terminan con opciones laborales poco ventajosas, pues conseguir un trabajo que no requiera capacitación es muy difícil.

La mejor arma contra esta problemática es informarse. Las nenas deben recurrir a sus familiares o personas de confianza para tener un diálogo transparente sobre todo lo que conlleva a iniciarse en la vida sexual activa. Por otro lado, el hecho de esperar un bebé no debe limitarlas en el momento de querer hacer sus sueños realidad. La clave es tratar de no quemar etapas tan rápido, aunque, una vez iniciada la actividad sexual, lo necesario es cuidarse desde el primer momento, ya que ser madre no es un juego de niñas.

Por Rocío Ríos (18 años)

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