Bolísimas de la magia del cine

Se dice que las películas son el reflejo de la vida real, pero si en verdad te pica una araña, lo menos probable es que te conviertas en un héroe, y que además puedas llevar una doble vida para rescatar a los que se encuentran en problemas. Esto únicamente le sucede al trepamuros de Hollywood; alguien normal, seguro solo se queda con la fiebre o malestares de la picadura.

Estar solo en una balacera contra una decena de hombres que te disparan y que ninguno dé al blanco, y que únicamente tus balas sean atinadas, o ser el único que lucha contra un par de hombres que esperan de forma paciente para atacar de a uno, y no todos a la vez como sería lo más racional son aventuras que solo pueden vivirlas los protagonistas de las cintas de acción.

Otra situación común en este tipo de filmes es el famoso “discurso” del portador del arma, quien da una larga explicación del porqué debe deshacerse del desafortunado al que está apuntando.

La policía siempre llega en el momento justo en que el “bueno” acaba de vencer a su antagonista. El usual “peinado mágico” que todos tienen, incluso, vimos a Víctor, de la producción paraguaya 7 cajas, como recién salido de la peluquería, luego de una tremenda persecución.

Con frecuencia en las películas románticas, la esbelta con cara de porcelana es la “popular” de una casa de estudios y también la malvada. La “nerd” es catalogada como la fea, pero al final resulta ser hermosa con solo cambiarse el peinado. No puede faltar el galán que casi siempre es el capitán del equipo de algún deporte.

El infaltable “¿hay alguien ahí?” de la películas de terror, en la realidad lo más posible es que cuando alguien escuche algún sonido extraño, lo primero que haga es salir corriendo en vez de acercarse a lo que le parece extraño.

Todas estas situaciones son casi imprescindibles en las películas, pero al fin y al cabo forman parte de lo que más nos entretiene, la aventura de algún personaje de ficción.

Por Dayhana Agüero (18 años)