Cargando...
Para muchos sicólogos, la etapa de 13 a 17 años es la más delicada, pues allí se forman la personalidad y el carácter. También es cierto que durante ese lapso, los jóvenes están expuestos al consumismo y a algunas ideas locas. Estos necesitan compartir con sus pares para que el mundo no se les venga abajo por un simple problemita.
“Yo, otra vez. ¿Por qué me pasa esto a mí? Mi vida no tiene sentido; no les importo a mis padres, me quedan pocos amigos y la chica de mis sueños no me da ni la hora”, es la lamentación propia de un adolescente, a quien aún le queda mucho por descubrir en la vida. Para los jovencitos, el dramatismo está presente en las cosas más sencillas de la vida, como la corrupción en nuestros generosos gobernantes.
Escapar de la casa para ver a la amiguita o salir para jugar fútbol con los compañeros son actividades comunes que realiza un adolescente, y que a los padres les ponen los pelos de punta porque no saben cómo manejar la situación. Mientras el pavito juega a la botellita, a la mamá le está por dar un paro cardiaco y el papá está eligiendo el cinto con la hebilla más grande. No es para menos. Tus viejos siempre se van a preocupar por vos sobre todo si no avisás cuando salís de tu casa.
Aunque para los sicólogos la edad de la adolescencia es de 13 a 17, hay personas que ya sobrepasaron bastante esos años, pero siguen comportándose como un pavo. Estas están expuestas al consumismo, a ideas locas y también a comprar palos para quitarse la selfie más “original” posible.
Por Javier Morales (18 años)