Demostrar la cultura a través de nuestra danza

La joven explica que, desde chiquita, veía a su hermana mayor ensayar con sus compañeras y tenía ganas de hacer lo mismo. Además, dice que, en cada evento que participa trata de poner todo su empeño y originalidad, para así dar realce a su trabajo y, por sobre todo, satisfacer a los presentes. “Desde escenarios pequeños e improvisados en la arena hasta en importantes acontecimientos he bailado dando lo mejor de mí”, expresa.

Según Belén, las puertas de la danza estuvieron y están abiertas a todas las personas que desean experimentar algo nuevo. Nunca es tarde para ponerse las pilas y conocer los estilos de baile que uno quiera aprender. “En los últimos años, los niños, jóvenes e, incluso, ancianos se animan a practicar como una vía saludable y forma de distraerse”, afirma.

La joven recuerda que la confusión de vestuario con su hermana era muy común en su casa, pues los trajes eran iguales, esto era motivo de discusión entre ambas. Así, también, expresa que su pasión es la danza y le cuesta un poco ver su rutina sin ella, aunque el teatro también le parece una buena alternativa.

Comenta que recibe mucho apoyo de sus compañeros de colegio y que el aliento la hace sentir muy realizada en su carrera. Según la joven, una de las ventajas de ser bailarina es que la tienen en cuenta para hacer coreografías con los alumnos. La ayuda de sus familiares fue fundamental para que pueda sobresalir en el área. “Recuerdo que mis padres siempre iban a los ensayos y eventos en los que mi hermana y yo participábamos”, afirma.

Belén cuenta que algunos de sus sueños son abrir una academia de baile, formar excelentes embajadores de nuestra cultura a través de la danza y fomentar este tipo de expresión corporal. Finaliza diciendo que, por más que aparezcan dificultades, simplemente hay que superarlas y seguir adelante.

Por José Peralta (17 años)