El arte inmortaliza el alma

Dibujar era un juego para Nico desde pequeño: “Cuando tenía 8 años hice un retrato de mi profesor y la caricatura le parecía tanto que este se sintió ofendido, por eso tuvieron que llamar a mi mamá”. Es autodidacta, puesto que nunca cursó estudios de dibujo o pintura. Su papá le compraba los óleos y él solo iba probando las técnicas. “No sabía ni cómo agarrar los pinceles”, comenta.

Afirma que lo caracteriza el estilo renacentista, la belleza de los cuerpos y las figuras perfectas son su predilección. También revela que pintando réplicas de Da Vinci y Miguel Ángel aprende muchísimo. “Trato de imaginar qué pensaban cuando realizaban sus obras, de esta manera son como los profesores que nunca tuve”. Se comparó con Kamba’i Echeverría, quien aprendió a ejecutar la guitarra escuchando canciones y así adquirió ese sello único que tienen sus creaciones.

“Para mí, el arte es una forma de llegar a la inmortalidad que todo el mundo busca. Los grandes artistas como Beethoven o Picasso siguen siendo recordados, pese a que ya han muerto hace unos siglos”, manifiesta.

Nico no solo elabora réplicas, también cuenta con obras propias, pues pinta toda la belleza que lo rodea. Explica que, con sus retratos, busca transmitir una sensación de tranquilidad a las personas y que prefiere utilizar la técnica del óleo sobre tela. Generalmente, primero se pinta el fondo, pero él inicia con los ojos: “Creo que la perfección se encuentra en la mirada; si lográs colorearla correctamente, lo demás resulta mucho más fácil”.

Dice que planea dedicarse exclusivamente al arte y que sueña con exponer sus pinturas en todo el mundo. También agradece a sus padres porque siempre lo apoyan y, a la vez, son sus mayores críticos.

Por Sandra Villalba (19 años)