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- Mucha emoción; creo que en el escenario tuvieron efecto todas aquellas noches que no dormí. Cuando me llamaron, me di cuenta de que todo el esfuerzo valió la pena y empecé a soñar, ya tenía muchas expectativas; pasar por el casting no fue tanto como lo que va ser la competencia.
-Renunciaste a bailarín principal de la UniNorte, ¿fue por Rojo?
-No fue exactamente por el programa que me retiré de mi puesto. Tuve otras razones, como las diferencias entre la universidad y yo, pero Rojo no influyó en esto. Desde el año pasado que lo tenía decidido, ahora con UniNorte estoy súperbien, solamente que ya no trabajo para ella.
-¿Si te lo pidieran, regresarías?
-Sinceramente no sé; yo me propuse una meta; soy así con todos mis proyectos: siempre ir de frente y no pensar más allá, ni mirar a los costados. Por ahora está solamente Rojo y lo que venga después, acontecerá.
-Poseés varios títulos de mejor bailarín, incluso a nivel Mercosur, ¿no creés que tenés cierta ventaja ante los otros participantes?
-Rojo no es un concurso de danza clásica, y ese es mi fuerte. No en todo el trayecto del programa voy a poder estar bailando ese estilo. Tengo que demostrar mi talento en otras áreas como hip hop, salsa, merengue, etc. Eso es un desafío para mí y todos mis compañeros.
-¿Qué de diferente veremos este año en Luis Moliniers?
-Por sobre todo, mucha madurez mental; voy a mostrar lo mejor de mí, combinando técnicas y la experiencia que adquirí en estos años de danza, marcando la diferencia.