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Repartidor de pizza, cobrador, canillita y chipero son algunas profesiones en las que muchos jóvenes trabajan gracias a la motocicleta. Algunos la compran por estar cansados de viajar en buses sardinas, y otros porque es el único medio para salir de sus casas de madrugada y llegar al laburo a las cinco o seis de la mañana.
“¿Por qué no te comprás un auto? Es más seguro”, te dice sin falta un amigo. La verdad es que si sos de Capiatá, Luque u otras ciudades “lejanas” a la capital, andar en moto es casi la única oportunidad que tenés, porque es más accesible, ya que no necesitarás un mar de combustible para llegar todos los días a tu laburo, que queda en Asunción.
Eso sí, ni se te ocurra salir a manejar sin haber aprendido lo necesario antes. A veces, es cuestión de pagar una ínfima suma de dinero para obtener el registro de motociclistas, pues es sabido que varias comunas no exigen una prueba práctica que demuestre tu habilidad. Sin embargo, por amor a tu vida y respeto a la de los demás tenés que pasar, de ser posible, por una escuela de conducción.
Silvio Ruiz Díaz, jefe de la Patrulla Caminera, comenta que los documentos obligatorios son la licencia y habilitación. Además, se tiene que utilizar el casco y, en horas de la noche, el chaleco. Pueden viajar solo dos personas y el acompañante no debe ser menor de 12 años.
Según el mapa de violencia del 2012, el Paraguay es el país con más muertes por accidentes de motos.
Esta es una realidad que no podemos obviar. Aun así, ¿te parece que estás más seguro viajando en la estribera de los colectivos? Adquirir el controversial medio de transporte es una responsabilidad que los padres no deberían rehusar a los hijos, sino darles apoyo y guiarlos para que lo usen correctamente
Por Lía M. Barrios (19 años)