Las dietas no funcionan; cambiar los hábitos, sí

Cada vez más expertos en alimentación saludable aseguran que las dietas estrictas, que hacen pasar hambre y ofrecen resultados a corto plazo son las mismas que, después de abandonarlas, te devuelven al peso de punto de partida. “Saber que uno va a dejar de comer lo que le gusta provoca una despedida del placer y genera ansiedad. Las dietas sin deleite son un arma de doble filo, pues afectan el ánimo y generan efectos rebotes”, afirma la nutricionista argentina Mónica Katz, autora del libro No dieta.

Sandra Aamodt, PhD en Neurociencia, afirma que existen dos tipos de personas: las que basan su alimentación en el hambre y las que tratan de controlar su ingesta a través de la voluntad, como las que siguen una dieta; ambos tipos los llama “comedores intuitivos” y “comedores controlados”, respectivamente. “Los primeros son menos propensos a tener sobrepeso y los segundos son más vulnerables al sobrepeso en respuesta a la publicidad, a agrandar el pedido, a los restaurantes, a todo lo que puedan comer”, afirma la experta.

Los nutricionistas que se suman a la campaña de #NoDieta aseguran que cambiar los hábitos alimentarios ayudan a las personas a controlar su peso a largo plazo. Asimismo, recomiendan que, para lograr resultados más efectivos, se debe realizar actividad física regularmente, como salir a caminar, usar las escaleras en vez del ascensor, andar en bici o trotar aunque sea 20 min por día.

Sin embargo, la nutricionista de la Universidad de Harvard, Michelle Gallant explica que hay que cambiar la mentalidad sobre la realización de ejercicios y no verla más como una obligación, sino como una forma de mantenerse saludable. "No es lo mismo levantarte por la mañana pensando en salir a dar un paseo vigorizante que te cargue las pilas, que despertarte a diario pensando en que tienes que adelgazar", afirma la profesional.

Así que aprendé a comer lo que te gusta controlando las porciones y movete un poco más. Como aseguran los expertos, las dietas no funcionan o, si no, no habría tantas.

Por Gonzalo Recalde (19 años)