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A: ¿Vos creés en la vida después del nacimiento?
C: Claro. Acá estamos preparándonos para nacer.
A: ¡Tonterías! No puede haber vida después del nacimiento. ¿Podés imaginarte cómo sería?
C: No te puedo decir con detalles, pero seremos más felices y mejores personas. Tal vez hasta nos alimentemos solos.
A: ¡Qué disparate! Tenemos el cordón umbilical que nos alimenta. La vida después del nacimiento es imposible, porque dependemos del cordón.
C: Estoy seguro de que es posible.
A: Pero nadie nunca ha regresado de allá, así que no hay pruebas. La vida sencillamente se termina con el nacimiento.
C: No. Cuando nazcamos, vamos a conocer a nuestra mamá.
A: ¿Mamá? ¿Vos creés que tenemos una mamá? Y, entonces, ¿dónde está?
C: Ella está por todos lados, a nuestro alrededor; gracias a ella estamos vivos.
A: ¡Qué tonto! Nunca vimos a una mamá; por lo tanto, no existe.
C: Yo no la he visto, pero la siento conmigo. Vas a ver, cuando nazcamos, que tenía razón. Hermano, ¡no tengas miedo de conocer a mamá!