Si no querés morir en la moto, respetá las reglas

Con las recientes investigaciones periodísticas en las que se demuestra lo fácil que es obtener un registro de conducir, sale a la luz el hecho de que lo único importante para las municipalidades es recaudar. Entonces, queda a nuestro criterio ser o no parte de la mediocridad y estar en el montón de personas que cuando se les dice “no está prohibido saltar al pozo”, tontamente van y lo hacen.

Muchos ven nomás lo que otros hacen, o aprenden gua’u a conducir con sus amigos, pero hasta ahí. No saben lo más básico, como que solo dos personas pueden ir en una motocicleta, ambas llevando el casco protector. También desconocen que las luces delanteras y traseras son de uso obligatorio en horas de la noche, que las cubiertas tienen que estar en buen estado y la moto debe poseer espejos laterales.

Lo peor de todo es que a la sociedad le parece “pro” que un muchacho sepa zigzaguear cuando maneja, o le resulta normal que una nenita de 15 años ya tenga vehículo. El semáforo pareciera estar de adorno, ya que solo se respeta cuando hay bastante tránsito. Sabemos que muchos automovilistas no son buenos conductores, pero los accidentes se dan con más frecuencia entre las motos, pues estas son muy accesibles y cualquier persona sin conciencia puede comprar una.

“Nunca se ha tomado examen escrito ni práctico, mucho menos pruebas de vista y oído para obtener el registro de conducir en San Bernardino”, declaró la directora de Tránsito de la Municipalidad de San Bernardino, Tamara Rodríguez.

¿No les parece que los responsables de que se expidan registros a personas no capacitadas tienen en gran parte la culpa de la mayoría de los accidentes? Debido a ellos, las calles están infestadas de motos que se cruzan frente a nosotros, hasta en las veredas. Por otro lado, es importante formarnos no solo porque la ley lo exija. En síntesis, el secreto es: si no querés morir, no juegues carrera contra la muerte.

Por Lía M. Barrios (18 años)