The Cure, la oscuridad llega a Asunción

Si alguna vez te preguntaste de dónde viene el maquillaje gótico en el rock y el sonido alternativo meloso que hoy escuchamos en la radio, la respuesta es simple: The Cure. En abril próximo, la banda de Robert Smith llegará por primera vez a nuestro país para repasar sus más de 30 años de trayectoria, y un montón de chicos dark la esperan ansiosos.

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La caraterística más resaltante de la banda The Cure es, sin duda, la apariencia estética del líder del grupo, Robert Smith; esto y las letras introspectivas y existenciales de sus canciones hacen que la banda sea fácilmente identificada con el “rock gótico”. Sin embargo, es difícil determinar su estilo, ya que evolucionaron bastante a lo largo de su carrera. Iniciado con el sonido pospunk, pasó por la new wave y el dark wave, hasta llegar, inclusive, a la música electrónica.

El grupo ha ganado adeptos en todo el mundo debido a que mucha gente se ve reflejada en las letras de Smith; la identificación llega hasta el punto de que varios fanáticos decidieron adoptar el look del líder de la banda: rostro pálido, cabello desarreglado y lápiz labial borroneado, para mostrarle su devoción en los conciertos. No sería sorpresa, entonces, que viéramos una gran cantidad chicos “góticos” en su próxima presentación.

De su música se podría decir que presenta dos extremos: uno alegre y festivo, con canciones como Friday i’m in Love, Pictures of You y Just Like Heaven, cuyas letras cuentan de manera poética historias de amores inocentes; y por otra parte, tenemos el lado oscuro y siniestro, con álbumes como Pornography, Disintegration y Bloodflowers, que tratan temas como la dependencia de las drogas, el sexo efímero y el paso del tiempo.

The Cure es una prueba de que la música puede constituirse en un elemento de identificación para los jóvenes más solitarios y tímidos. Gracias a la honestidad y sensibilidad de sus canciones ha cosechado una enorme cantidad de fanáticos leales en todo el mundo, y este 9 de abril traerá su oscuridad y melancolía por primera vez al Paraguay, haciendo que el Jockey Club se convierta, durante esa noche, en una enorme “espiral gótica”.

Por Rubén Montiel (18 años)

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