Buen padre

Nunca es tarde para ser buen padre. Inténtelo y verá cómo sus hijos emularán sus acciones cuando crezcan. Con amor y paciencia el tiempo compartido será el inicio de otros objetivos como saber escuchar. He aquí algunas ideas al respecto.

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El Lic. Raúl Stelatto, psicólogo, recuerda que “es mejor ser un buen padre que un padre bueno. Un papá hoy es mucho más cercano a sus hijos y tiene la capacidad de jugar con ellos como uno más, puede en definitiva ponerse a la altura de un niño”.

En cuanto al rol del progenitor en la vida familiar, el profesional reflexiona: “El papá no es un amigo, ni debe serlo, el padre cumple dos funciones con sus hijos; debe nutrirlos (función nutricia) con alimentos, cariño y afecto, cuidados médicos, y todo aquello que nutra el cuerpo, el espíritu, y ponerle normas (función normativa) para que cuando sean adultos se adapten a las reglas de convivencia social.

La formación del carácter y la personalidad de los jóvenes se da con “la sumatoria de todas las experiencias de vida en nuestra familia con los amigos y compañeros. La presencia o ausencia del padre es importante y esta experiencia forma parte de las vivencias personales y servirá para que sean mejores padres en su momento”.

La Lic. Rosanna Benítez de Ros, psicóloga clínica, agrega que “los roles paterno y materno se encuentran bien diferenciados en cuanto a características psicoemocionales, lo que es definido por la familia de origen, la cultura, así como por las circunstancias de vida y la historia personal de cada uno. Estos roles se complementan; pues mientras mamá tiene una relación mucho más cercana con el bebé por haberlo llevado nueve meses en su vientre, la de papá es más social, de reconocimiento y conquista; de contención y apoyo; más racional y objetiva, haciendo que el sistema familiar adquiera un equilibrio óptimo”.

El licenciado Stelatto agrega que “los momentos deben ser aprovechados por los papás para fortalecer el amor con sus hijos, jugar con ellos, al realizar actividades juntos, y acompañar en los momentos importantes”. Aconseja evitar “las conversaciones que solo se realizan con retos y plagueos, y en cambio procurar ser más cercanos con una buena síntesis entre ser nutricios y normativos”.

Según Benítez de Ros, si el padre se ausenta: “La carga emocional que supone el abandono, por el sentimiento de rechazo que genera expone a desarrollar problemas psicológicos como baja autoestima, comportamientos agresivos o la falta de habilidades sociales. Así también sentimientos de inferioridad, inseguridad, necesidad de reconocimiento y valoración de su entorno”.

mirtha@abc.com.py

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