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“Las intervenciones más complejas como el lifting facial o de cara, lifting de la frente, el lifting del tercio medio del rostro (pómulos), lifting de cuello o cervicoplastia (papada) se recomienda realizar a partir de los 45 años en promedio. Los procedimientos para lograr unos labios más carnosos o de mayor volumen con rellenos se pueden realizar a cualquier edad de la vida adulta, al igual que la rinoplastia o cirugía estética de la nariz”.
Dentro de todo esto las intervenciones más comunes, según el galeno, son la cirugía de los párpados (blefaroplastia superior e inferior), el lifting facial, los rellenos de surcos con grasa y papada.
“Los riesgos de estas intervenciones son inherentes a los que suceden en cualquier tipo de cirugía, pero en vista de que la gran mayoría de las pacientes que se someten a cirugías estéticas faciales son personas sanas, estos riesgos se reducen al mínimo, más aún si se realizaron todos los análisis y estudios preoperatorios correspondientes”.
El especialista dice que “para que los riesgos de estas cirugías o procedimientos se reduzcan al mínimo el tipo de anestesia que se utiliza es una combinación de anestesia local y sedación, salvo raras excepciones se recurre a una anestesia general”.
En cuanto a las cicatrices, en área de ojos, y otras del rostro, “son prácticamente imperceptibles y quedan en lugares bien estratégicos y escondidos. Los resultados son muy satisfactorios”.