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La región cervical es una zona somato-emocional sujeta a tensiones, que cuando está afectada puede perturbar la vascularización intracraneal y del miembro superior. Para el diagnóstico del dolor cervical es preciso realizar una historia clínica completa, que incluya valoración de la postura, movilidad cervical, zonas dolorosas, evaluación de la función de nervios y músculos.
Así también se requerirá estudios complementarios, como radiografías o electromiografías. El dolor cervical puede ser localizado (cervicalgia) o un dolor que se extiende a los brazos (cervicobraquialgias), a la cabeza o a la espalda.
Estrés emocional
El dolor cervical se puede desencadenar por estrés emocional, exposición al frío, posición incómoda y prolongada, traumatismo directo o indirecto. Recuerde que hay mayor incidencia de esta afección en el adulto entre los 20 y 60 años de edad.
Mejorar la articulación
El tratamiento del dolor cervical consiste en restaurar o mejorar la función articular, así como proporcionar confort disminuyendo los espasmos musculares.
Cabe resaltar que es importante realizar un diagnóstico diferencial para descartar patologías malignas, fracturas, lesiones medulares, entre otros.
(*) Fisioterapeuta.
larygonzalez81@gmail.com