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Los signos son raros en las primeras etapas. Sin embargo, los pacientes que desarrollan síntomas de cáncer de estómago pueden tener pérdida de apetito, de peso, molestias o dolor en el abdomen, plenitud gástrica, dificultad para tragar, anemia, vómito y sangre en las heces.
Las personas mayores, los hombres y los que tienen antecedentes familiares son ligeramente más propensos a desarrollar cáncer de estómago. Otros factores de riesgo incluyen tener ciertas infecciones o condiciones estomacales, como gastritis, pólipos gástricos, o comer una dieta rica en alimentos salados y ahumados.
Por los motivos citados, su diagnóstico suele ser tardío, y como todas las enfermedades neoplásicas que se detectan en fase avanzada, su pronóstico es grave y su curso fulminante.
El tratamiento es de acuerdo a la fase o estadio de la enfermedad, por ejemplo, en estadio inicial la cirugía es la mejor alternativa. En otras, primero el uso de quimioterapia neoadyuvante y posteriormente la cirugía radical, seguida o no de quimioterapia. En otras situaciones se recurre a la radioterapia o cirugías paliativas menos radicales, y en los últimos años, se incorpora un nuevo enfoque llamado HIPEC, que significa quimioterapia intraperitoneal con hipertermia, luego de la cirugía radical o citorreductora, que está dando mejores por ciento de control o sobrevida.
Se logra vencer al cáncer, con un enfoque multidisciplinario oportuno y eficaz, cuando el diagnóstico se hace en fase precoz.
Los cuidados, luego de un determinado tratamiento se focalizan en restablecer todas sus funciones, alimentación saludable, altamente proteica o hipercalórica, evitar infecciones, y reducir los efectos de las terapias.
(*) Oncólogo.