Quemaduras graves

Los niños desean experimentar y descubrir el mundo, por lo que los padres o encargados deben estar atentos y evitar situaciones que los expongan al peligro del fuego y sustancias calientes. Las velas encendidas, los braseros y caldos hirvientes son algunas causas de terribles quemaduras.

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El Dr. Osvaldo Aquino, especialista en cirugía plástica, estética, reparadora y de quemados, señala que “ante una quemadura en el niño se deberá acudir inmediamente al centro asistencial más cercano. Los padres o encargado no deberán colocar hojas de banana, ni pasta dental, ya que estos aumentan la profundidad de la quemadura”.

Una vez que asista al centro asistencial, el profesional evaluará con qué se quemó. “Por ejemplo, por fuego o líquido caliente, ya que si fue con fuego la quemadura por lo general es profunda, mientras que por líquido caliente se trataría de una quemadura superficial. El profesional también preguntará en qué condiciones se produjo el hecho, es decir, si se trata de un recipiente con agua hirviendo o del recipiente con agua caliente puesto ya en la mesa”, enfatiza.

Además agrega “que el siguiente punto será observar el área de superficie, es decir, la extensión de la quemadura y su profundidad. Posteriormente, dependiendo de la extensión de la quemadura se procederá a aplicar una vía endovenosa para hidratar inmediatamente el organismo”.

Si es de tercer grado

El doctor Aquino refiere que “cuando la quemadura es de tercer grado, significa que la misma abarcó las tres capas de la piel. En ese caso se realizará un autoinjerto, de modo de cubrir esa zona quemada. El procedimiento consistirá en extraer la misma piel de la persona, de una zona sana del cuerpo. Se esperará unos 15 a 21 días para que la piel vuelva a regenerarse en dicha zona”.

Focos infecciosos

Acota que “se debe recordar que una quemadura, por más que sea de primer grado se tratará, ya que hasta incluso pequeñas lesiones pueden ser focos infecciosos. La piel es un órgano que protege al cuerpo de sustancias extrañas y su ausencia puede provocar graves daños, como focos infecciosos y deshidratación que conlleva a problemas de riñón”.

Por otro lado, “una quemadura puede provocar secuelas de orden psicológico, así como físicas, es decir, disfunciones como malposiciones de los párpados o retracciones de los labios. Si la quemadura no fue tratada y la herida cicatrizó sola, el organismo no regenera, lo que produce son cicatrices viciosas que causan retracciones muy visibles”, informa.

Prevenir y cuidar

El Dr. Aquino señala que “las quemaduras en los niños ocurren frecuentemente en el hogar y la mayoría de las veces en el área de la cocina. Siempre que hablamos de quemaduras, la prevención es lo más importante; por ejemplo, no mantener a los chicos en la cocina mientras se preparan los alimentos y también al momento de servir las comidas calientes. Las sopas o cualquier otro líquido caliente deben ser colocados en el centro de la mesa, ya que los más chiquitos suelen estirar el mantel y los alimentos calientes se derraman”, ejemplifica.

El médico menciona que “solo bastará un poco de atención y cuidado permanente de los encargados, de modo de resguardar al niño de los peligros potenciales en la casa”.

Destaca que los pequeños nunca deben ingresar a la cocina, más aún cuando empiezan a caminar, pues quieren apoyar sus manos en el horno, cuya temperatura es de 250 grados. Otra acción común en los niños es estirar los mangos de las ollas o los manteles de las mesas; son pequeñas acciones que ya pueden ocasionar graves lesiones.

¡Estar atentos!

-Los padres no deben cocinar con los niños en brazos, ni cebar mate.

-Los objetos peligrosos como fósforos, aceite y alcohol deben estar fuera del alcance de los pequeños.

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