Un cáncer frecuente

El doctor Jorge Medina Gutiérrez, coloproctólogo, vicepresidente de la Sociedad Paraguaya de Coloproctología, aborda este tipo de cáncer. 

–¿Cuál es la prevalencia de pacientes con cáncer de colon y recto en nuestro país? 

–Aunque no exista una cifra exacta sobre la cantidad de personas que padecen cáncer colorrectal en Paraguay, cada vez se diagnostican más casos. El cáncer de colon es un tumor maligno de alta incidencia en Paraguay, después del cáncer de mama en mujeres y el de próstata en los hombres. En estadísticas nacionales ocupa el cuarto lugar entre los cánceres más frecuentes registrados, en ambos sexos.

Es la primera causa de muerte por cáncer en el tubo digestivo.

–¿Existe alguna conexión con los estilos de vida? 

–Se asocia esta enfermedad a la pobre ingesta diaria de fibra en la alimentación, el consumo de tabaco y alcohol, la falta de actividad física y la obesidad.

–¿De qué forma se detecta a tiempo? 

–Este cáncer es prevenible con un estudio de rutina para todo paciente de 50 años, denominado colonoscopía. Con este estudio se detectan los pólipos, que deben ser extirpados, pues algunos de ellos son los que se transforman en cáncer.

–¿En qué casos se hace una ostomía y en qué consiste? ¿También se relaciona con procesos hemorroidales? 

–Una ostomía es una porción del intestino grueso o delgado que se exterioriza a través de una abertura que la hace el cirujano en la pared abdominal del paciente. Esta técnica quirúrgica es empleada en muchos casos, para resolver problemas como lesiones intestinales, producidas por traumatismos abdominales por arma de fuego o blanca, accidentes automovilísticos, enfermedad diverticular del colon, anomalías congénitas del intestino, enfermedad de Chagas del colon y los cánceres de colon y recto. La enfermedad hemorroidal no tiene relación con las ostomías.

–¿Es una condición que pone en mayor riesgo de infecciones a la persona? ¿Qué cuidados extras tendrá? 

–La ostomía es un órgano nuevo para la persona ostomizada que requiere atención y cuidados especiales. La persona ostomizada debe ser entrenada en el manejo de su ostomía. Cuando está bien hecha, bien cuidada y con las bolsas correctas, no debe ser motivo de irritaciones, ni infecciones. Se debe poner énfasis al cuidado de la piel alrededor de la ostomía para que esta no se lesione, ni se irrite.

Dependiendo del tipo de ostomía, deberá ser limpiada y cambiada la bolsa todos los días o hasta cada tres o cuatro días.

Una persona ostomizada es normal. Muchas de las ostomías son temporales y luego el paciente vuelve a operarse para retirarse la bolsita. Las ostomías definitivas implican ciertos cuidados, pero no impiden viajar, nadar, tomar medicamentos, embarazarse, trabajar y tener relaciones sexuales.