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Por este servicio, los nativos cobran desde G. 5.000 por cada persona, pues debido al corte del tramo acarrean a las personas y motocicletas hasta zonas secas.
Según los reportes, las localidades más afectadas son la comunidad indígena Fortuna, San Blas (Ex Ko’etî), colonia menonita Nueva Durango, Maracaná, entre otros.
“Esto es un problema de hace varios años y hasta ahora no solucionan. No existe voluntad del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) o la Gobernación a cargo de Alfonso Noria para mejorar este tramo, y nosotros con cada lluvia debemos sufrir de esta manera poniendo en peligro la vida de varias criaturas”, dijo Juan Carlos Benítez, poblador de la zona.
Para tratar de solucionar el inconveniente, los propietarios de las empresas de producción agrícola y maderera se encargan de reparar algunos tramos de la zona, debido al abandono por parte de las autoridades.
Según el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), los mantenimientos del tramo Curuguaty hasta Ypejhú ya queda a cargo de la empresa constructora Tecnoedil SRL, encargada de la construcción de la ruta asfaltada de unos 90 kilómetros, pero el Ing. Eusebio Giménez, responsable de la firma, nunca atiende su teléfono celular para tener su versión.